Resumen
En el trabajo, la autora plantea la simultaneidad de vivencias internas en la dupla analítica, cuando la realidad externa impacta en la mente de ambos. Hace una analogía entre los sueños de angustia y dolor de los pacientes y el analista, en el momento, en que ésta última, anunció que emigraría.
Empezaré este trabajo mencionando al gran novelista y poeta André Gide, en su cita, ¨La historia es una ficción que sucedió. Mientras que la ficción es la historia que podía haber sucedido¨.
En esta cita Andre Gidé nos deja ver como la realidad es una continua ficción, presente, pasado y futuro se interponen en una ficción que nos denota como sujetos de una historia teñida por nuestras vivencias y vicisitudes.
Ficción y realidad, ponen de manifiesto las confusas fronteras que existen entre ambos términos. En este contexto, ¿podríamos hablar de una realidad en la que la ficción no esté inmersa?, ¿Habrá una realidad exenta de ficción?, ¿Será la realidad promotora de ficciones? o ¿las ficciones promotoras de realidades?
Si bien es cierto que en nuestro quehacer analítico trabajamos con la realidad psíquica, con la verdad histórica y vivencial de cada sujeto que nos consulta, con su propia novela familiar, con aquello que nos es narrado, creado y cuya existencia adquiere un valor particular, también es indiscutible que necesitamos hechos tangibles, consensuales, que no solo den orden y estructuren esa verdad histórica y particular, sino que nos permitan ubicarnos en una realidad que sea palpable y que adquiera un consenso o aceptación para toda una estructura social.
Las crisis sociales y políticas acarrean violencia, deteriorando las condiciones de vida y la vigencia de la ley, hechos que inevitablemente producen un efecto desestructurarte en la subjetividad. La existencia de liderazgos autoritarios, desborda la coherencia, el pensamiento lógico e irrumpe el contacto con la realidad (Meliá, J. 2002), lo cual promueve buscar soluciones mágicas y mecanismos inconscientes que operan en las masas en detrimento de la individualidad.
¿Qué sucede en nuestro quehacer analítico cuando esa realidad social pierde coherencia y las leyes que estructuran a cada sujeto se desvanecen? ¿Cómo ubicarnos como analistas frente a esos hechos? Cómo preservar el trabajo analítico y al propio analista frente al impacto de la realidad política?
En este trabajo me propongo abordar este tema, realidad y ficción en el espectro socio-político y el impacto que ello produce en nuestro trabajo analítico, al vernos abrumados por una realidad que merma nuestro quehacer en la búsqueda de los contenidos fantaseados de nuestros pacientes, que a la par, coloca al paciente y al analista frente a una misma realidad externa. [1]
Para ello me referiré a la actual situación de Venezuela, como ejemplo de una sociedad que se dejó llevar por el ofrecimiento ficticio de felicidad proclamada por una figura carismática.
Investigando sobre este tema, Ziese, S. (2008), realizó un interesante ensayo sobre realidad y ficción. Ella alude a lo que llama enigma del espejo para mostrar la confusión que experimenta el bebe al mirar su imagen por primera vez en el espejo y creer que la imagen que percibe es de otro sujeto y no de sí mismo. Sabemos que como sujetos nunca reproducimos la imagen exacta de los que se nos presenta, siempre se agregan elementos, imágenes, representaciones e interpretaciones, en otras palabras, yo no soy yo en un espejo, la subjetividad siempre está presente. (Heinz, S. 2008). Tal y como señala Ziese, S. (2008) ¨los espejos no solo multiplican sino generan realidad, la continúan y la invierten¨ (pág. 11).
Para Vázquez Tortolero (1995), citado por Ziese, S. (2008), ¨la palabra no (sólo) refleja (…..) el mundo, crea una realidad estética¨. Se pregunta, ¿quién negaría el carácter real del contenido de un libro como la biblia en la vida de los hombres fieles? A pesar de que se trate de una escritura hecha por hombres representando realidades que nadie de nosotros vivió, un gran número de personas cree lo que allí está escrito y vive según sus principios. Entonces el contenido de un libro puede influir tanto en la vida de los hombres hasta el punto de convertir el contenido mismo en realidad¨. (pág. 11).
En el sentido anterior, podemos ver cómo una representación mental de un sujeto puede convertirse en una realidad fáctica. Bajo ésta línea de pensamiento, el totalitarismo, al que haré referencia a lo largo del trabajo, ha hecho de su propuesta ideológica una ficción, al ofrecer con una certeza incuestionable, un mundo ideal de eterna felicidad. Hecho que por utópico es inexistente. En otras palabras, estaríamos hablando de propuestas que entran dentro del orden de lo perverso, por la renegación que esto implica.
Chávez, quien fue elegido de manera democrática en su primer gobierno por su propuesta ideológica, su carisma y demagogia, hizo de su imagen un reflejo, para aquellos que como él crecieron en humildes condiciones socioeconómicas y afectivas. En especularidad hizo del ¨tu y yo” una misma entidad. Planteó ciertas ecuaciones con las que borró la línea que separa a un sujeto de otro: Chávez somos todos – yo soy el pueblo- yo soy el estado.
Bajo un discurso paternalista y con una careta protectora, ofreció un saber y la promesa omnipotente de satisfacer cualquier tipo de desamparo. Utilizó la indefensión y la vulnerabilidad de algunos, para instalarse en el poder y colocarse como el padre de la horda primitiva, en aquel que por su manera omnipotente y narcisista se ubica como el creador de la ley (Freud, S. 1913).
Puget, J. (2003) refiere, ¨el acto cruel encuentra al otro sin recursos para reaccionar, sin recursos para pensar, o para protegerse en su ser; coarta sus vínculos, sus pertenencias. En el despojo se va perdiendo la cualidad del otro en tanto ser humano¨ (pág. 230)
Conocemos por diversos autores, la dependencia absoluta que tiene el bebe hacia su madre o algún sustituto de la misma en un inicio de la vida. Su existencia depende de esta primera relación y de las vicisitudes en los encuentros y desencuentros con este objeto y con la aparición del tercero. Fallas o desavenencias durante éste proceso pueden promover la búsqueda de sustitutos que colmen esas carencias; de allí que la religión y los gobiernos totalitarios, puedan ser tomados como una estructura contenedora que ofrece a sus participantes la ilusión de suplir las heridas ocasionadas durante el desarrollo. El equilibrio narcisista se busca a través de un apego irracional a una ideología, un líder, una religión, o un punto de vista. (Jornadas anuales 2002, SPC)
El propio Freud, al explicar la conducta adulta en relación a las improntas infantiles, opina que los movimientos de fe tienen su origen en la dupla niño-padre, puesta en acto en el vínculo entre el creyente y su Dios. Esta dupla, facilita por su universalidad el manejo que no sólo desde lo religioso, sino también desde lo político, lo económico, lo publicitario, lo militar, puede ejercerse sobre pequeñas o vastas porciones de la sociedad.
McDougal, J. (1989) en su libro teatros del cuerpo, hace referencia a la fantasía de fusión como parte de la estructuración psíquica del sujeto y la ilusión que existe en el bebe de un cuerpo y una psique para dos, es lo que llama la ilusión de uno. Señala la vuelta a este estado de indiferenciación frente a los sufrimientos y la ilusión del sujeto de volver al pecho mágico universal que lo calme y le proporcione todo lo necesario para la subsistencia.
A su vez Bion, W. (1961) en su bibliografía, ¨Experiencias en grupo¨ al hablar de los supuestos básicos comunes que conforman un grupo (dependencia, ataque-fuga y apareamiento), resalta que las fantasías inconscientes que se encuentran detrás de estos supuestos, son arcaicas, infantiles y remiten a un deseo profundo de encontrar una figura mesiánica a quien se le inviste de un saber, con lo cual, el grupo cree poder satisfacer en forma inmediata todas sus necesidades.
Freud, S. (1921) en Psicología de las masas y análisis del yo, muestra como los sujetos se agrupan en función de satisfacer sus necesidades vitales y de adquirir un poder que de otra manera no hubieran adquirido. Entre ellos, establecen un lazo de hermandad, se unen afectivamente creando un estado de indiferenciación, una masa, lo que refiere McDougall (1989), como una psique para dos o la ilusión del uno. Con la esperanza de completud, buscan un líder que por sus características se ofrece como aquel que llenará carencias, vacíos y colmará cualquier tipo de déficit. Bajo esta ofrenda lo idealiza, se identifican con él y refrenan cualquier disentimiento, pensamiento o acción que sea diferente a su demanda.
La militancia, hace reaparecer un “pánico ancestral, buscando domesticar e infantilizar a la sociedad. La instrumentalización del miedo es uno de los principales mecanismos de disciplina social, así como una estrategia de despolitización; es provocado, entre otras cosas, por la imposibilidad de predecir las consecuencias del comportamiento individual ya que la autoridad es ejercida de manera arbitraria y brutal.” (Lorenzano, (2001), citado por Perdigón, I. (2014)).
Conte, L. (2005) en un artículo que escribe sobre las catástrofes sociales aborda el tema de la militancia política entrelazada con la pulsión de dominio. Refiere el poder de la pulsión de dominio ejercida por los líderes durante la dictadura, su carácter tanatico y el poder absoluto que a través de ella ejercen, al creer ser los dueños de la verdad, de la vida y la muerte. El otro se vuelve un medio para lograr ese fin y su desubjetizacion y destrucción, el instrumento para lograrlo.
Refiriéndome concretamente al caso de Venezuela, el chavismo es el resultado de tres factores: 1. De una estructura familiar en la que el padre está ausente o es inexistente, de allí la necesidad de buscar un líder que represente a ese gran Otro padre anhelado. De una marcada diferencia social y del éxito que tuvo el discurso de Chávez en proporcionar una restitución narcisista a un pueblo con una autoestima dañada y con falta de pertenencia nacional al ser un sector excluido, no sólo económicamente, sino en los espacios públicos y gubernamentales.
Chávez fue el espejo que ira al niño y le devuelve una imagen de sí. Se convirtió en el vocero de una rabia y un odio antes ocultos, incitó una violencia desmedida hacía quienes señalo como culpables, llevando así su novela personal a una realidad colectiva.
Utilizó la escisión y la identificación proyectiva como mecanismos primitivos para dividir a la población e instigarla a actuar con una violencia desenfrenada. El, como el padre de la horda primitiva y representante de la ley, fomentó, al igual que el gobierno actual una agresión constante. Una ley emitida por un padre que ordena, avala la arbitrariedad, el despotismo y la violencia.
Así se instauró la impunidad, siendo todo posible: secuestros, desalojos arbitrarios de la propiedad privada, robos y crímenes se vuelven parte de la cotidiano.
Lo que antes eran hechos aislados de violencia a desconocidos, se hacen presentes con mayor frecuencia entre allegados y en nosotros mismos. En Venezuela no existe una persona que no haya sido violentada, al menos, en una oportunidad. El observatorio Venezolano de Violencia (OVV) una ONG, calculo 24mil 763 muertes violentas en el año 2013, 24 mil 980 muertes violentas en el 2014 y entre Enero al mes de Abril de éste año, se registraron 4.680 homicidios, cantidad que ha aumentado cada año. Es el segundo país con más alta tasa de homicidios en el mundo.
La violencia continua es una experiencia traumática, por la intensidad e irrupción de un suceso que le es ajeno al sujeto, que lo intimida, lo vuelve vulnerable y le quita fuerza al aparato psíquico para acceder a cualquier otro espacio que no sea el acontecimiento perturbador. Lo anterior, marca un tipo de escenario y discurso constante que se vive en Venezuela en torno a: ¨se metieron en casa de…¨. Mataron a….¨ Secuestraron a ¨. Me roban en….¨ ¿Escuchaste esos tiros¨? ¨Acelera ese carro cuando alguien se te atraviese¨. ¨Hay que irse del país¨. ¨Hay que tener plan B¨. ¨El tanto por ciento de mis pacientes se van del país…..
La dupla analista- paciente no escapa de ese escenario; el discurso constante en las sesiones gira alrededor de ese peligro real que violenta día a día. Las fantasías inscritas dentro del conflicto psíquico y la historia individual de cada sujeto, ceden su lugar a una historia colectiva, traumática y al fantasear común, producto de esa situación. Estos hechos inevitablemente ocasionan cambios en el encuadre, en la técnica y en la aproximación que tenemos al paciente. . El trabajo de la resistencia, de la interpretación se dificulta frente a una realidad externa avasalladora.
Analista y paciente también se sienten amenazados por un régimen totalitario que amenaza continuamente el quehacer analítico, creando incertidumbre, terror y confusión. El analista ya no es un mero espectador de aquel que consulta. Analista- paciente pasan a ser actores y espectadores al mismo tiempo, protagonistas y protagónicos de una violencia social que se prolonga y que resta asimetría a la dupla.
Las fantasías inconscientes colmadas de ficciones se desvanecen frente a esa realidad: Marchas, barricadas, tiroteos por diversos enfrentamientos hacen que los pacientes y hasta el propio analista se ausenten a alguna (as) sesión. Ante esas ausencias, se hace necesario transar en el encuadre, dar consultas telefónicas o por skype. El principio de neutralidad se desvanece frente a la imposibilidad de desconectarse de la realidad histórica y política. La simetría entre paciente y analista mina el campo analítico, ambos identificados, compartiendo angustias similares, terrores comunes, incertidumbres constantes, inseguridades por el temor a morir, de ser víctimas de secuestros, entre tantas otras. Un llanto compartido, un lagrimear común por la muerte de un familiar o amigo cercano o por cualquier notificación de personas queridas que emigran o de alguno de los integrantes de la pareja analítica.
Dentro de estos que emigraban me encontraba yo anunciando mi partida. En lo que sigue contaré algunas reacciones de los pacientes cuando les comunique mi partida, así como sueños que me contaban y que simultáneamente yo tenía. Con ello me propongo mostrar el fantasear común en la dupla-analista paciente producto de la situación actual.
Bertha: paciente de 45 años soltera, cinco años de tratamiento. Estudió historia, profesión a la que dedicó poco tiempo por inseguridades constantes a sus habilidades. Presenta un déficit narcisista importante y una sensación de desamparo continuo con una sintomatología psicosomática. Consulta por depresión y por sus dificultades en las relaciones de pareja.
Sueña: Estoy en un departamento chiquito (mi consultorio era mínimo) y el departamento tenía la cocina integrada, tipo kitchenette, estaba como todo bien arregladito, cada cosa en su lugar. Había varios estantes que tenían muchos condimentos, todos preparaditos para cuando uno hace una buena comida, pero había estantes que no tenían nada, estaban vacíos. Después, no sé cómo, pero estaba en otro cuarto que era inmenso con cantidad de estantes de esos feos grises y estaban llenos de libros, como una biblioteca llena de libros y de archivos, pero ya esos libros no estaban o quedaban muy pocas cosas, solo algunos estantes que eran horribles, y me dije: ahora saco todo eso y hago mi taller……Estaba bien contenta porque tenía mucho espacio para hacerlo, empecé a sacar cada estante y todo lo apile de un lado, pero los vecinos que vivían en el piso de abajo me reclamaron porque decían que empezaron a tener filtraciones por la cantidad de peso que coloque de ese lado, empezaba a agrietarse su techo, no sabía qué hacer, quería llamar a alguien que lo arreglara, pero no encontraba a nadie.
Por sus asociaciones, pudimos trabajar los temores en torno a mi emigración. Mi consultorio chiquito, equivalente a esa cocina que le proveía de una buena comida, su oralidad parecía estar satisfecha, todo parecía estar ordenado, cada cosa en su lugar. Aprovecho para resaltar que los episodios depresivos disminuyeron en frecuencia e intensidad durante el tratamiento. Mi ida era significada como un vacío, sentía que se quedaba sin suficientes suministros narcisistas al creer que me llevaba su historia, esos archivos que juntas hicimos con nuestros conocimientos. Sentía se quedaba en el oscuro gris de la depresión, sin un piso seguro, desorientada en su búsqueda de ayuda.
Importante destacar, que poco tiempo atrás, delincuentes se metieron en el apartamento de una vecina y además de robarle varias pertenencias y amenazarlas de muerte si hacían la denuncia, amarraron a la empleada de servicio y a la dueña del departamento. Suceso que nos tomó muchas sesiones y que fue también trabajado en el sueño como parte del cuarto gris, la vecina….
Sueño del analista: Estaba en la ventana de un club al que solía ir desde que era chica y venía una ola gigantesca, recordaba que mi mamá, mi hermana y mis amigas estaban a orillas del mar, corría a decirles que salieran de allí, que se fueran rápido, que venía una ola gigantesca, que estaban en peligro. Les gritaba corrannnn, corrannn, muchos corrieron. Buscaba a mi hermana, no la encontraba, la veía a lo lejos y le gritaba: corre, vete de allí y ella no escuchaba mis gritos, veía la ola cada vez más cerca, la buscaba y no la encontraba, no la vi más.
El sueño habla por sí mismo, es una pesadilla. La ola gigantesca que desbastaba parte de mi vida, de mi historia, ese club al que iba desde chica y que tanto compartía con amigos, colegas y con la familia. Esa ola mataba a las personas que tanto quería, a mamá, a mi hermana y a mis amigos. Intentaba rescatarlos pero no podía, no me escuchaban, todos corrían el riesgo de morir si no se iban pronto. Perdía a mi hermana tan querida.
Este sueño de angustia refleja que mi partida no se debía a una emigración, sino más bien se trataba de un exilio. La migración trae consigo, sentimientos de tristeza y dolor por lo perdido pero también la ilusión por el lugar escogido. Sin embargo la migración de los exiliados, no sólo requiere pasar por un proceso de duelo, sino que se encuentra presente una situación de crisis personal, con sentimientos de rabia, culpa, abandono, además de la tristeza, ya que la migración forzada no es una elección, sino la única salida para poder sobrevivir (Perdigón, I. (2014).
Alicia: 4 años de tratamiento. De origen judío, persona muy dependiente de las figuras paternas. Hija única hasta la edad de quince años, momento en el que nace una hermana. Este nacimiento le causó grandes conflictos y nunca fue aceptado por ella. Consulta por dificultades para relacionarse en el ámbito familiar, laboral, social y por su conducta agresiva y omnipotente.
A la sesión posterior en el que le comunique que iba a emigra, expresa: ¨me mataste con lo que me dijiste que te vas, estoy muy triste¨. Y narra el siguiente sueño:
Estaba en Polonia, (su padre es sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz) era el cumpleaños de Hitler, Ahmadinejad estaba allí, festejando con Hitler su cumpleaños, hablaba mal de los judíos, los vamos a matar gritaba. Todos corrían, huían, pero yo no podía… temía morir o sabía que moriría pero no podía correr, no tenía fuerzas, estaba como impotente, como si estuviera en un pantano y no lograba salir de allí, cada vez me hundía más y más ….Lloraba de la angustia pero no podía hacer nada, se que moriría.
En sus asociaciones me cuenta lo sensible que se encontraba al haber ido a la conmemoración de los 36 años del fin del holocausto, no podía contener el llanto. Piensa que en Venezuela está sucediendo lo mismo que pasaba durante la segunda guerra mundial, donde mucha gente logró huir porque veían lo que allí estaba sucediendo, mientras que otros lo negaban y murieron en las cámaras de gas. Ahora ella ve lo que está sucediendo pero no tiene las fuerzas para irse. Comenta sobre la cantidad de gente que esta emigrando, reduciéndose a un 50% los alumnos del colegio en el que estudian sus hijos.
Continúa la sesión contándome que le dio un ataque de pánico mientras conducía y tuvo que parar el carro porque sentía se moría, pero estaba aterrada de poder ser atracada y que la mataran al tener que estacionar en la calle.
En el sueño y en sus asociaciones, queda claro como la situación actual le reactivó ansiedades persecutorias previas, en relación a su padre que sobrevivió las torturas de los campos de concentración, la herencia generacional que reciben los hijos por las experiencias traumáticas que sufrieron los padres de la postguerra. Es evidente que ella como judía teme el mismo destino traumático con la inseguridad y las cifras que evidencian la cantidad de homicidios registrados en Venezuela.
Con el anuncio de mi partida ¨la mataba¨, la dejaba sola, con la amenaza anunciada por Ahmadinejad de exterminar a los judíos. Yo con mi ida me salvaba, huía como muchos otros que en la guerra por huir sobrevivieron. Ella no tenía escapatoria, quedaba atascada en el pantano. Si continuaba conduciendo su carro moriría, pero si lo detenía también.
Quiero mencionar que poco tiempo atrás, delincuentes entraron a un club judío de Caracas, anexo al colegio donde estudiaban sus hijos y algunos meses más tarde, asaltantes arremetieron contra la sinagoga más antigua de Caracas y tiraron los libros sagrados judíos, los sefer torah.
Sueño del analista: Estoy ayudando a una amiga a empacar su maleta, ella mete todo desordenado, trato de ayudarla ordenando las cosas, tenía demasiadas cosas y estaba tratando de que entraran todas, pero era tanto lo que tenía que no entraban por más que ordenara. En eso la llamo y no está, grito su nombre y no aparece, salgo corriendo a buscarla no la encuentro y sigo gritando…. Me despierto sobresaltada y me calmo al saber que se trataba de una pesadilla, respiro y me vuelvo a dormir…. Pero el sueño continúa, otra vez me encuentro sola empacando la maleta, no cabe más nada, pienso en mi amiga, no la veo, la busco y no la encuentro, grito desesperadamente, dónde estás, la veo muerta.
Al despertar pienso que por más que quería escapar de mi pesadilla, la misma continuaba. La realidad es que me iba, que no me podía llevar toda una vida, son demasiadas cosas, demasiados afectos como para empacarlos. Las pérdidas, las muertes vuelven a aparecer en este sueño como en todos los demás narrados hasta ahora.
Aníbal: Un año de tratamiento. Es periodista de profesión y se dedica mayormente a escribir artículos de opinión. Por la situación del país, todos sus escritos giraban en torno a lo que sucedía. Consulta por ruptura con su pareja al ésta enterarse de que él le era infiel.
Cuando le informo que me voy del país, me dice: ¨es lógico, sólo los mártires se quedan en esta vaina¨. Me pregunta qué a dónde me voy, le digo que a México, a lo que responde: ¨a esa mierda, eso es igual que Venezuela, de Guatemala te vas a ¨guate peor¨, ese país es otra mierda como éste, ¨en cualquier momento le pasará igual que a nosotros, un tsunami arrastrará con todo¨. ¨Menos mal que aún falta para que te vayas porque con esa peste porcina que ahora hay allí es peligroso¨.
Aníbal igual que muchos otros que no emigran, reaccionó desvalorizando el lugar al que me voy. Yo tampoco me salvaré por el lugar al que emigro, por la peste porcina y por el inevitable tsunami. Esta es una reacción muy frecuente, rabia, ataque, furia, abandono, de las muchas reacciones que experimentan los que se quedan.
Ninoska: cinco años de tratamiento, 24 años. Asiste por una ruptura con su pareja después de cuatro años de relación. Su madre muere en forma sorpresiva como consecuencia de una aneurisma en la aorta abdominal dos años antes de comenzar el tratamiento. Ella atribuye la ruptura de la aneurisma como consecuencia de quedarse la madre sin trabajo por la huelga que hicieron los empleados de PDVESA, compañía de petróleo de Venezuela, cuando se manifestaron en contra del gobierno. La madre fue despedida del trabajo por el gobierno, después de 23 años y perdió todos los beneficios de antigüedad, jubilación etc. que le proporcionaba la compañía.
Esta paciente también emigraba, se iba un mes antes que yo, lo que hacía una gran diferencia en relación a los otros. Ella se iba a Francia, lugar al que fue por primera vez con la madre y desde aquel entonces, le surgió el deseo de vivir allí.
En las últimas semanas de tratamiento, confesó que desde hace mucho tiempo me había comprado un regalo en uno de los viajes que hizo, y nunca entendió por qué no me lo había entregado. Pensó que temía que yo como analista se lo fuera a rechazar por haber escuchado que los analistas no recibimos regalos.
En la última sesión me lo entrega, me dice que ese es el regalo del cual me había hablado, que ella siempre lo veía y sabía que era para mí, pero le gustaba tanto que estaba tentada a tomarlo para ella, pero no lo hacía porque sabía me lo había comprado. Me da el regalo y es una pashmina hermosa, color beige, color con el que frecuentemente me gusta vestir. Me dice que recién ahora entendió por qué nunca pudo dármelo ¨lo necesita, necesita de él, tenerme presente, sentir que a través de él yo la acobijaba. Contuve mi llanto.
Es interesante porque Ninoska, a diferencias de las otras pacientes que mencioné, también se iba y a un lugar que ella deseaba y que descubrió por primera vez con la madre. Ella ahora podía entregarme un regalo que había necesitado tener para acobijarse, quizás como un objeto transicional que la acompañara. Ahora podía entregármelo, ya ella no la necesita, ella y yo nos encontrábamos en igualdad de condiciones, quizás sería yo la que ahora necesitaría esa pequeña pashmina- cobija.
Aquí vemos cómo esta paciente utilizó un momento coyuntural del país para emigrar y poner en marcha su deseo. Esto es diferente a los anteriores, ya que este paciente al igual que los que emigraron continuaron el análisis vía skype, pero los pacientes que se quedaron en Venezuela no quisieron proseguir su análisis bajo esta modalidad a pesar de que se los propuse.
Los sueños y comentarios anteriores, nos dan a conocer no sólo lo que representa para el paciente la emigración del analista y para el analista su propia partida, sino la significación que adquiere esa emigración en el momento de crisis que vive el país. De allí mi interés en resaltar, cómo los eventos que tocan nuestras vidas, no son solamente movilizadores de viejos conflictos, sino que ellos por si mismos tienen un efecto desestabilizador.
Para Hornstein, L. (2003) en tiempo de crisis, la práctica analítica cuestiona ¨la oposición tajante entre lo infantil y la realidad exterior¨, interroga…… la relación entre verdad material, verdad histórica-vivencial y realidad psíquica¨ (pág. 241).
Como analistas sabemos que el impacto de la realidad fáctica produce efectos en la realidad subjetiva de cada persona, viejas heridas se reactivan; de allí la importancia de diferenciar los miedos personales o ficciones de los peligros reales de una violencia continúa.
Una concepción del análisis basada y detenida en la época freudiana que privilegie sólo el trabajo del inconsciente reprimido, la búsqueda de un contenido latente y sus vínculos con figuras del pasado, puede llevar al terapeuta a considerar la repetida referencia a temas de la realidad, como resistencias (Leisse, A. 2002).
Ahora bien, cabe preguntarnos: ¿Qué hacer frente a esta realidad abrumadora? ¿La negaremos o renegaremos en pro de nuestra función analítica? ¿Cómo rescatar nuestras funciones y mantener una posición asimétrica con el paciente para poder escuchar su propio mundo interno?¿Cómo enlazar la realidad amenazante con las fantasías del paciente?
Como psicoanalistas ante éste tipo de situaciones, pienso nos corresponde no quedarnos encerrados en las cuatro paredes de un consultorio, necesitamos conocer los síntomas sociales y contribuir con nuestro saber y nuestra experiencia, aportar desde otras perspectivas a una comunidad que se encuentra en crisis y que requiere salir de nuestro anonimato.
Nos toca emprender esa difícil tarea e intentar diferenciar, a la par que enlazar, cómo a pesar de que nos arrope una misma realidad, se puede hacer un trabajo analítico a partir del efecto y afecto que la realidad produce en cada sujeto, cómo lo subjetiva de manera individual, qué palabras o significantes privilegia, dónde el paciente pone el acento. ¿Qué hace con esos hechos? ¿Se paraliza, se inhibe, se queja? ¿Cómo los vive? Y por qué no, cómo los vivimos nosotros? Tarea nada fácil.
Bibliografía
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