“En el llamado Síndrome Auto-lesivo”, hay una diferencia notable entre la forma violenta de la conducta y la intención, motivación, y/u objetivo de la persona que lo hace y la que efectúa u acto auto-destructivo. El síndrome auto-lesivo refleja una manera para afrontar una experiencia intensa, abrumadora, que tiene una continuidad o se transforma.
En la persona que se auto-lesiona, es necesario considerar las experiencias previas de violencia afectiva-emocional” que los aqueja y que conduce a estas personas, en momentos de déficit o conflictos, el no buscar por lo general ayuda o el de escenificar el acto auto-lesivo en la procura de un consuelo en una acción dirigida hacia sí mismo. Este acto violento sobre sí mismo refiere a una angustia o a un dolor que los aqueja lo cual lo procesan en una variedad de formas y circunstancias. Por lo tanto en estos pacientes hay que dirimir lo intra-subjetivo, lo inter-subjetivo y lo trans-subjetivo.
Es útil entender las experiencias de vulnerabilidad dolorosa, lo que genera angustia y las estrategias desarrolladas para afrontarlas, como las secuelas de sistemas vinculares y de apego, con los otros significativos en el transcurso de su vida.
Como asumen los procesos de auto-conservación y hetero-conservación en su mundo relacional. La experiencia vincular, desencadena formas de auto-regulación. La auto-lesión, está dentro del conjunto de actos que llevan a lesionarse el cuerpo de forma deliberada pero sin intento de suicidio, lo que se búsqueda de una satisfacción o sufrimiento que llene un déficit, un conflicto o una vivencia enigmática que le procura un vacío. En ocasiones esta auto-lesión puede ocasionar comorbilidades que pueden ser mortales, sin la intención de serlo, y además puede evolucionar a formas de auto-lesión más severas. Cada persona tiene una forma singular de asumir su auto-conservación o hetero-conservación para mantener su estabilidad, donde hay determinantes conscientes e inconscientes. Estos determinantes conscientes e inconscientes están vinculados a los procesos interactivos, lo que plantea que hay una interacción entre lo propio y lo ajeno. El ser humano desde su gestación está signado por un proceso interactivo, lo que lo ata a un otro significativo con el cuál se generarán sus matrices inconscientes y conscientes.
La auto-lesión es una forma de mitigar una queja que invade a la persona y a la vez un llamado a su entorno significativo. Así, que el mitigar algo que lo aqueja y el llamado ambos están vinculados de manera inextricable y estas dos dimensiones deben ser consideradas a la hora de evaluar los que se auto-lesionan. Teniendo presente que los que se auto-lesionan de la forma que sea, caen en la paradoja de procurarse un sufrimiento y una satisfacción, lo que sería su intención. Mientras que un acto auto-destructivo tiene la intencionalidad de procurarse la muerte. La Auto-lesión se sostiene en un acting-out, mientras que el acto-autodestructivo en un pasaje al acto. Hay conductas de alto riesgo de comprometer la vida o de lesionarse, donde sus determinantes conscientes e inconscientes, involucran la actuación o el pasaje al acto.
La posibilidad de repetirse o de transformarse existe en toda auto-lesión o conducta de riesgo. Existe la auto-mutilación, que puede obedecer a un acto de la cultura o a un trastorno mental severo, que según el daño infringido y las circunstancias, se repetirá o no. En las manifestaciones anteriores por la vivencia de vacio tienden a auto-lesionarse, asumir una conducta de riesgo o auto-mutilarse con la intención de sentirse vivos, dada la vivencia de vacío que padecen. Mientras que la conducta auto-destructiva no persigue una repetición o el sentirse vivos, a menos que sea un acto fallido.
El Auto-lesionarse, incluye una variedad de actos como: cortarse, quemarse, rascarse hasta sangrar, arrancarse el pelo, romperse huesos, pegarse, lastimarse sobre una herida deliberadamente, interferir con el proceso de sanación de una herida, y casi cualquier método en que uno mismo se infrinja daño físico. Todos estos actos pueden darse en cualquier estructura mental, lo determinante es ver que sostiene este acto.
Entre las consecuencias de la conducta autodestructiva podemos mencionar el daño personal, que puede ir desde una lesión a la pérdida de un miembro, la salud y hasta la muerte. En general, es una conducta que disminuye la calidad de vida. En las personas cercanas al auto-agresor, las consecuencias pueden ir desde la dependencia hacia el mismo, hasta la culpa por todo lo que le sucede a dicha persona.
La autodestrucción sería una forma de expresar el dolor y/o la angustia, una forma no verbal de comunicación, en donde los afectos y emociones se transmiten visualmente, a través del cuerpo, que generalmente se usa para liberarse de sentimientos y proyectarlo en los otros significativos o en el propio analista.
¿La Auto-lesión como Síndrome?: Aquí se plante algo enigmático, ya que es más que un signo un síntoma aislado, un síndrome es un conjunto de ambos. Existe en todo síntoma un aspecto que es el agujero formal del síntoma, lo indecible del síntoma algo que no fue inscrito o que fue desactivado al cuál se accede por el lenguaje no-verbal o la figurabilidad. Lo acontecido marcará su rango categorial.
¹Dr. Indalecio Fernández Torres. Médico-Psiquiatra-Psicoanalista.
Miembro Titular de la IPA, FEPAL y Sociedad Psicoanalítica de Caracas.
Miembro invitado de la Asociación Psicoanalítica de Madrid.