SPC

CINEPSICOANÁLISIS “Niños de Las Brisas”

Julio 2024
“Niños de Las Brisas”
Venezuela 2022
Dirección:
Marianela Maldonado
Un hermoso y admirable documental que sigue la trayectoria, por 10 años, de tres jóvenes de la comunidad “Las Brisas” (Valencia), quienes ingresan al Sistema Nacional de Orquestas.
Una historia de ilusiones, afanes, logros, tropiezos personales, la crisis del país y el efecto en sus vidas. Edison, Dissandra y Wuilly. Muy premiada y reconocida obra.
Panel:
Marianela Maldonado.
Cineasta, directora del documental, vía Zoom
Héctor Tosta. Psiquiatra, psicoterapeuta, analista en formación SPC, presencial.
Moderador:
Carlos Rasquin SPC
Sábado 27 julio 2024
Cines Paseo/Trasnocho Cultural
Soc Psicoanalítica Ccs.

 

 

Documental “Los niños de Las Brisas” de Marianela Maldonado.

Trasnocho Cultural, Caracas, 27 de julio de 2024

Dr. Héctor Tosta

 

Esto no es un película de ficción, esto es un documental, que aunque desde su dirección hay un punto de vista, que apuntala a una idea de su creadora, está inmerso en un situación real, en un contexto palpable, con personas que existen, que no actúan para una película, son actores de sus propias vidas; desde esa premisa no pretendo plantear hipótesis que intenten develar aspectos inconscientes de estas personas. Creo que hablaremos de nosotros, no tanto de ellos.

Antes de ver este documental tenía la idea de que me encontraría la historia de tres muchachos en sus carreras por ser músicos en el contexto del laureado Sistema, mostrando la crudeza de la pobreza en un sector del interior del país contrastada con el anhelo de ser músicos profesionales, periplo registrado en 10 años por un obstinado equipo; pero, mientras iba avanzando en el documental me iba dando cuenta de lo que  yo estaba sintiendo: mucha rabia y tristeza. Las mismas emociones que describen Edixon, Disandra y Wuilly. Juntas, la rabia y la tristeza, bien juntas esas emociones, al unísono, y es entonces cuando me pregunto por qué siento esto, es ahí cuando caigo en cuenta de que este documental no solo habla de ellos, me habla de Marianela, me expone a mi y a ustedes, ahí se habló de todos los que están aquí sentados, todos inmersos en esta realidad.

Podríamos desarrollar múltiples aristas sobre lo que acabamos de ver, como el fanatismo, los retos de la infancia y la adolescencia, el trauma social o la adversidad; pero me centraré en lo que me parece que es el leitmotiv de este documental: La pulsión, lo perecedero y la posibilidad de poder reconstruir con mejores bases. La cuestión es que para poder hablar de la pulsión de vida, debemos indefectiblemente hablar de la pulsión de muerte. Ambas se complementan y se ayudan a describir. Una al lado de la otra, así muy juntas, capaz como la rabia y la tristeza que he sentido.

En psicoanálisis nos referimos a la pulsión como una carga energética, un quantum, un factor de motilidad, que hace tender al organismo hacia un fin. Una pulsión tiene su origen en un estado de tensión; su fin es suprimir el estado de tensión que reina en la fuente pulsional. La pulsión puede alcanzar su fin gracias al objeto, es decir a un otro. Pulsión no es lo mismo que instinto. La pulsión pone en evidencia el sentido de empuje. La pulsión es el resorte para el funcionamiento del aparato psíquico. Es un concepto límite entre lo psíquico y lo somático, y me permito, entre el espíritu y el cuerpo. Va ligado a la noción de representante, que sería como una especie de delegación enviada de lo somático al psiquismo, es decir, la expresión psíquica de las excitaciones somáticas. Si nos permitimos seguir ahondando va apareciendo un dualismo pulsional que distingue la pulsión de vida y la pulsión de muerte; aquí vamos hablando ahora de una contraposición energética, es decir un conflicto. Dentro de las hipótesis del aparato mental propuesta por Freud, es el ello el reservorio pulsional que incluye a estos dos tipos de pulsiones en conflicto. Así pues, a partir del psicoanálisis todos los aquí presente tenemos un resquicio de la mente en donde se da una especie de lucha pulsional que nos motoriza ante la vida, pero que también nos puede llevar a  a la muerte, así la pulsión de muerte tiende a la reducción completa de las tensiones, a devolver al ser vivo al estado inorgánico, se dirige primeramente hacia adentro y tiende a la autodestrucción; secundariamente se dirige hacia el exterior, manifestándose en forma de pulsión agresiva o destructiva.

La pulsión de vida es tozuda, empuja, Freud para explicarla uso el mito de Aristófanes en El banquete de Platón, según el cual el humano era una especie particular llamada andrógino, que reunían en si a los dos sexos, contaban con cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros y una sola cabeza, eran muy fuertes y por ello se plantearos combatir a los dioses; Zeus decidió debilitar a los humanos dividiéndolos en dos; desde entonces los humanos caminaron en dos piernas. Esta decisión de Zeus hizo que cada mitad hiciera esfuerzos importantes y constantes por encontrar su otra mitad; esos esfuerzos son lo que llamamos pulsión de vida, o Eros; en contraposición con la pulsión tanática.  La cuestión es que sin darnos cuenta podríamos asociar un juicio de valor a las pulsiones, ligeramente podríamos decir que la pulsión de muerte es mala y la de vida es buena; pero aquí no estamos dando un juicio de valor, la violencia y la agresión pueden ser necesarias en algunas circunstancias.

En fin, de esa fuerza, de ese quantum, de esa desesperación por vivir e insistir es de la que nos habla Marianela en su documental. Marianela nos muestra con claridad la motorización psíquica universal, dígase la conflictiva pulsional inconsciente:

  • Nos ejemplifica en clave coloquial venezolana lo que significa la hidalguía de las mujeres de las familias de aquí. Una señora que cose, otra que toca el cuatro con pasión junto a su hijo, las abuelas que son pilares de familia. Mujeres que sin disociarse del entorno luchan contracorriente, de manera activa.
  • La huida, como forma de escapar de la muerte, de la desidia, del maltrato. Huir de la violencia, de la delincuencia, de la pobreza y de una esclavitud espiritual y de pensamiento asociada a la búsqueda de contención espiritual desesperada.
  • La pulsión de vida motorizando la astucia puesta en marcha con insistencia. Activamente en búsqueda de salida, cualquier cosa pudiera ser tabla de salvación. Resguardando la vida.
  • Hay una imagen que es muy particular, se puede ver en una calle anegada al fondo a un niño con un inflable rosado jugando en el agua, en donde nosotros podríamos ver desesperanza y desastre, él ve un lugar para jugar, ve una oportunidad; es la realidad con la que este niño creció y pudo ver en esa catástrofe y carencia un espacio para crear y superar la adversidad. Todos estamos aquí es esa calle anegada intentando no perecer, manteniéndonos insistentemente y con la esperanza de conseguir un flotador rosado para volver a crear.
  • Una madre que aunque no logra percibir los sonido, escucha a su hijo. Se comunica, lo logra, una lucha diaria tolerando la frustración.
  • La posibilidad de poder identificar la mediocridad y repelerla
  • Poder estudiar con una oscurana
  • El deseo de una nueva vida a través de una migración forzada que siempre está atravesada por el duelo.
  • El dolor del duelo al dejar una viola por un fusil, pero que es ese fusil el que le permite seguir circunstancialmente, es tener la flexibilidad para cambiar su instrumento de trabajo por el que sea necesario para poder seguir creando en otros escenarios.

El trauma es un hecho brutal que no puede integrarse, que no puede dársele sentido en el momento que se padece porque destrozaría la trama psíquica, esto genera condiciones especiales para su rememoración e integración retroactiva a la experiencia presente. Aquí aparece la dualidad del tiempo, de hecho me parece que no estamos hablando de hace 10 años, el presente es fusión del pasado, lo cual se entiende, como que aquel contiene casi por completo a éste, y que el pasado se despliega en el aquí y ahora, se condensan como ocurre en nuestro trabajo diario analítico. La pobreza, la delincuencia, el hambre son contexto traumáticos que siguen estando presentes; nos ha tocado disociarnos en algunas oportunidades para poder sobrellevar esta realidad, de este trauma social, así como vemos en este documental.

El amargo hastío del mundo o la rebeldía contra la fatalidad, esta idea de Freud, quien estuvo muy influenciado por dos guerras mundiales, habla de la dicotomía entre lo hermoso que se hace mustio. En 1915 escribió un articulo que tituló Lo perecedero, del que me permito leer un fragmento, para finalizar esta primera intervención: “No es de extrañar que nuestra libido, tan empobrecida de objetos, haya ido a ocupar con intensidad tanto mayor aquello que nos quedó; no es curioso que de pronto haya aumentado nuestro amor por la patria, el cariño por los nuestros y el orgullo que nos inspira lo que poseemos en común. Pero esos otros bienes, ahora perdidos, ¿acaso quedaron realmente desvalorizados ante nuestros ojos solo porque demostraron ser tan perecederos y frágiles? Muchos de nosotros lo creemos así; pero injustamente. Me parece que quienes opinan de tal manera y parecen estar dispuestos a renunciar de una vez por todas a lo apreciable, simplemente porque no resultó ser estable, solo se encuentran agobiados por el duelo que les causó la pérdida. Sabemos que el duelo, por más doloroso que sea, se consume espontáneamente. Una vez que se haya renunciado a todo lo perdido se habrá agotado por sí mismo y nuestra libido quedará nuevamente en libertad de sustituir los objetos perdidos por otros nuevos, posiblemente tanto o más valiosos que aquellos, siempre que conservemos nuestra vitalidad. Cabe esperar que sucederán otras pérdidas por las guerras. Una vez superado el duelo, se advertirá que nuestra elevada estima de los bienes culturales no ha sufrido menoscabo por la experiencia de su fragilidad. Volveremos a construir todo lo que la guerra ha destruido, quizá en terreno más firme y con mayor perennidad.

 

Muchas gracias.

 

Bibliografía

Laplanche, J. y Pontalis, J. (1968): Diccionario de Psicoanálisis. Ed. Labor. Barcelona. 1974.

 

Bohleber, W. (2007):  Recuerdo, trauma y memoria colectiva: la batalla por la memoria en psicoanálisis. Psicoanálisis APdeBA – Vol. XXIX – Nº 1 – 2007

 

Freud, S. (1915): Obras Completas. Tomo II, Pag. 2118. Ed. Biblioteca Nueva. Madrid. 1973

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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