El amor como síntoma, Caracas: Editorial Psicoanalítica, 1993. El analista, en presencia del orden sexual, tiene que dar cuenta de sus registros: el deseo, el amor, el placer, la pasión. Cuenta para ello con la teoría psicoanalítica, la experiencia vivida, el cine, la literatura. Sin recaer en los viejos tópicos de la represión y la sexualidad infantil, se plantean aquí los problemas que el erotismo –ese malestar en la cultura– ofrece al psicoanalista y a los que se interesan en el tema, con un énfasis en la óptica de la condición femenina.
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