Nuevas perspectivas del género
Con gran interés hemos organizado esta conversación sobre “Nuevas perspectivas de género”, un tema tan actual y polémico, que es imposible de eludir para el psicoanálisis actual. Oiremos las ideas y reflexiones de tres mujeres de diferentes generaciones, una filósofa, una psicóloga y una
psicoanalista.
Hay que recordar la audacia de Freud en su época, al plantear una teoría sexual que se propuso desmontar las doctrinas patologizantes de la ciencia y de la moral victoriana.
El reconocimiento de las manifestaciones de la sexualidad desde la más tierna infancia, el concepto de lo perverso polimorfo y de la bisexualidad originaria, son solo algunos de los elementos que hicieron de Freud un pensador polémico.
Pero, aun así, hoy en día, hay que deconstruir las teorías psicoanalíticas a la luz de los cambios
culturales y sociales. Limpiarlo de su fuerte androcentrismo. El psicoanalista debe revisar su
contratransferencia para despojarse de sus prejuicios y de su poder.
El Psicoanálisis tiene muchos aportes que darnos en cuanto a comprensión del género: un gran valor al explicar a través del inconsciente la formación de la identidad sexual y la inestabilidad de tal identidad. La líbido neutra y el complejo de Edipo completo, abren el abanico sobre la multiplicidad de resoluciones posibles. También el papel decisivo que tienen los mensajes enigmáticos del adulto en la conformación de la identidad sexual del niño. La sede de la experiencia subjetiva, el sí mismo tanto consciente como inconsciente, son piezas claves de la arquitectura psíquica. La identidad individual nos hace diferentes a cada uno, de los otros mortales.
En la sociedad actual, por lo menos en la occidental, encontramos mezclas y fusiones sexuales
y de género.
El concepto de género se refiere al carácter histórico y social acerca de los roles, manejo
del poder, identidades y valores que son atribuidos a hombres y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. El ejercicio de la sexualidad se produce por fuera de las normas
heterosexuales antes vigentes, y se relaciona con las cuestiones de género. No solamente el transexualismo, sino también lo que en la actualidad se denomina transgénero.
El pensamiento de hoy día, se rebela ante las estructuras fijadas, dicotómicas, hombre-mujer apostando no sólo por la diversidad y multiplicidad dentro de cada uno, sino por la variedad y la diferencia que configuran nuestras subjetividades contemporáneas.
No hay una homosexualidad, ni un travestismo o un transexualismo. Para psicoanalistas como Leticia Glocer se trata de presentaciones que responden a distintos mecanismos psíquicos. Algunas apuntan a la elección de objeto sexual y otras, a la llamada identidad de género (soy hombre, soy mujer, o soy neutro).
Aunque no constituye una categoría cerrada, sino en pleno desarrollo, la perspectiva de género crítica y cuestiona la realidad para analizar y transformar la situación de las personas. Intenta crear nuevas construcciones para que hombres y mujeres comprendan su masculinidad y feminidad
a través de vínculos no discriminatorios ni jerarquizados.
19 de septiembre 2020
Ana Herrera
Presidenta de la SPC
UNA CONVERSACIÓN ENTRE TRES MUJERES
Tres para hablar de una de las tantas consecuencias de otra tríada: la Tríada Edípica; que tanto se valora desde el Psicoanálisis por su papel en la constitución psíquica del sujeto, o en aspectos identitarios, en la disposición del deseo o la fantasmática individual.
Desde esta noción, el psicoanálisis afirma que el tránsito de la mujer por ese tiempo vuelto “complejo” es doblemente complejo: el objeto amado que es la madre se debe abandonar ante la percepción de que ella no da todo lo que se necesita ( registro inicial de lo femenino como incompletud o falta), para en un segundo tiempo voltear la mirada al padre que parece estar mejor equipado ( troque de objeto de amor), a la vez que se cambia la topografía corporal del placer ( clítoris por vagina). Cambio de objeto y de zona erógena de forma simultánea. De ser “afortunada” se gesta la mujer heterosexual, que eventualmente concebirá sus propios hijos (Freud, con ciertas licencias).
Tres mujeres: Sandra Caula, filosofa; Magdymar León, psicóloga y nuestra querida Addys Attías, psicoanalista. Tres rostros en la bi-dimensionalidad de nuestros dispositivos electrónicos, en la nueva realidad de los encuentros humanos a seis meses de Pandemia, conjugando inquietudes desde Madrid hasta Buenos Aires.
Tres enfoques precisos y fundamentados, que discurrieron con similitudes en cuanto a, cómo la pertenencia al social humano y a su discursiva semántica -que nomina- es tan opresiva como liberadora. Y es que los planteos de género como constructo social atrapan y disponen. Al atrapar, pueden producir sufrimiento, pues lo dispuesto supone ser lo normal y lo normal es lo binario hetero-normativo. Afortunadamente, ya no solo se apunta al hombre masculino o a la mujer femenina, sino que progresivamente se apuesta a mayores diluciones de esas fórmulas matrices de lo binario hombre-mujer, y no solo desde la intimidad del consultorio al que acude el que sufre, sino también desde la propia sociedad que comienza a generar mayores aperturas desde la presión que van logrando grupos minoritarios que se organizan.
Magdymar León menciona las cinco sexuaciones aceptadas en tribus de Norteamérica, como una realidad antropológica sobre la normalidad. Sandra Caula añade una reflexión interesante relacionada a los diferentes espacios que el poder da a lo femenino. Y podemos responder que aún lo patriarcal tiene matices: sea que hablemos de las propias abuelas que en Nigeria mutilan los genitales de hijas o nietas (la mujer sometida por la mujer bajo indicaciones del patriarca); a los ayatolás persas y a la élite saudita que obligan al uso del velo so pena de sanción, o la endemia feminicida en Latinoamérica donde la lógica parece ser: “si me dejas te mueres, no podrás ser de otro“.
La tachadura que la “X” impone, según cuenta Addys Attias -ya al final del encuentro -, incluye lo hetero-normado, lo binario del blanco y negro biológico (pene o vagina) y lo rígido social ya mencionado ( Nigeria, Arabia Saudita, Latinoamérica).
Al momento de escribir esta reseña muere una prominente juez americana, Ruth Bader Ginsburg, que impulsó con fuerza la igualdad de género en Estados Unidos; un país también con muchos patriarcas y misóginos. Mucho aún debe hacerse desde las casas, desde las leyes, en las aulas y consultorios para promover un mundo donde ser distinto no sea penalizado o excluyente.
Gracias a Ana Herrera y Maria del Carmen Míguez por organizar tan grato encuentro : tres mujeres que terminaron siendo cinco.
