CINEPSICOANALISIS
Sábado 26 de Nov. 2022
10 am proyección del film
12 a 1:30 pm. Foro
“ENCANTO”
Una historia de realismo mágico, encantadora para todas las edades.
Una mirada a la cultura latinoamericana, la familia amplia, sus fuertes nexos, ilusiones, sus mitos, secretos y tragedias.
Despliegue de cine animado, gracia y contagiosa musicalidad.
Panel:
* Mariela Michelena. Psicoanalista y escritora hispano-venezolana. Asoc. Psicoanalítica de Madrid
* Carmen Elena Dos Reis. Psicoanalista Soc. Psicoanalítica de Ccs.
Moderadora:
*Milagros Fagúndez. SPC
Entradas a la venta en Taquilla del cines Trasnocho y
Escribo como comentador desviante de los muy interesantes presentadores del evento, y de otros encontrados aleatoriamente en Google, y sorprendido por lo que encuentro en una película Disney, hecha por gente de otra cultura, para niños, y si, con “encanto”. Bienvenido algún feedback, preferiblemente crítico, Eto es lo que vi:
“Encanto” es el lugar de un grupo social que se forma en algún sitio aislado de Colombia, a raíz de la quema de un pueblo por forajidos, y también del asesinato por los mismos del padre de la familia fundadora; dejado en una tumba fuera del Encanto. Vive este grupo encerrado en el lugar, dominado benignamente por los Madrigal, la familia fundadora, cuyos integrantes gozan de dones poderosos y son dueños de una casa suntuosa desde la cual atienden y son benefactores del resto de la comunidad. Pero en el interior del Encanto, más precisamente de la familia y de la casa familiar, las cosas no están tan bien: los dones de los integrantes se pierden; en el centro de la casa hay pasadizos oscuros, con alimañas, con los cimientos desprendiéndose, etc. Maribel Madrigal, sin dones, y Bruno su hermano, execrado y del que no se habla, buscan contener el derrumbe. Todo en vano; se pierden los dones, las cosas no funcionan, la casa se derrumba, y surge la ruina.
Pero se recupera el Encanto: la casa se reconstruye (¿y su interior podrido?); todo vuelve a la normalidad (¿?!). Con la misma familia poderosa en el centro, con los dones de sus integrantes, y con el bienestar de la comunidad. Pero nuevamente encerrados, mientras afuera siguen los forajidos, el pueblo quemado, la tumba del padre, (¿y también el temor y la culpa?)
Me pregunto: ¿Cómo se conjuga esto con la sicología de los personajes?; ¿Cómo alguien de otra sociedad y del mundo del espectáculo feliz deja “colar” ese componente dramático en el retrato, y qué tan consciente está de ello? Veo, además, retratados aspectos de ese mundo de interminable y recurrente ciclo político y social que es Latinoamérica; con las dudas, temores y presagios que nos asaltan mientras nos divertimos en nuestro “Encanto”; yo incluido, por supuesto.
Escribo como comentador desviante de los muy interesantes presentadores del evento, y de otros encontrados aleatoriamente en Google, y sorprendido por lo que encuentro en una película Disney, hecha por gente de otra cultura, para niños, y si, con “encanto”. Bienvenido algún feedback, preferiblemente crítico, Esto es lo que vi:
“Encanto” es el lugar de un grupo social que se forma en algún sitio aislado de Colombia, a raíz de la quema de un pueblo por forajidos, y también del asesinato por los mismos del padre de la familia fundadora; dejado en una tumba fuera del Encanto. Vive este grupo encerrado en el lugar, dominado benignamente por los Madrigal, la familia fundadora, cuyos integrantes gozan de dones poderosos y son dueños de una casa suntuosa desde la cual atienden y son benefactores del resto de la comunidad. Pero en el interior del Encanto, más precisamente de la familia y de la casa familiar, las cosas no están tan bien: los dones de los integrantes se pierden; en el centro de la casa hay pasadizos oscuros, con alimañas, con los cimientos desprendiéndose, etc. Maribel Madrigal, sin dones, y Bruno su hermano, execrado y del que no se habla, buscan contener el derrumbe. Todo en vano; se pierden los dones, las cosas no funcionan, la casa se derrumba, y surge la ruina.
Pero se recupera el Encanto: la casa se reconstruye (¿y su interior podrido?); todo vuelve a la normalidad (¿?!). Con la misma familia poderosa en el centro, con los dones de sus integrantes, y con el bienestar de la comunidad. Pero nuevamente encerrados, mientras afuera siguen los forajidos, el pueblo quemado, la tumba del padre, (¿y también el temor y la culpa?)
Me pregunto: ¿Cómo se conjuga esto con la sicología de los personajes?; ¿Cómo alguien de otra sociedad y del mundo del espectáculo feliz deja “colar” ese componente “oscuro” en el retrato, y qué tan consciente está de ello? Veo, además, retratados aspectos de ese mundo de interminable y recurrente ciclo político y social que es Latinoamérica; con las dudas, temores y presagios que nos asaltan mientras nos divertimos en nuestro “Encanto”; yo incluido, por supuesto.