Rómulo lander (caracas, 2004)
¿qué define al psicoanálisis?
¿cuándo podemos decir que una sesión es analítica?
(1) muchas veces hemos observado que la primera respuesta va a venir por la vía de los principios técnicos del psicoanálisis. Definir la especificidad del psicoanálisis por su técnica, ha resultado ser una y otra vez, inexacto. Referirse a la presencia de la transferencia, al número (frecuencia) y regularidad de sesiones, a la interpretación por si sola, la aceptación del inconsciente, la libre asociación, el encuadre, la regresión y resistencia, no constituyen lo verdaderamente específico del psicoanálisis. Estos son aspectos importantes de la teoría y técnica psicoanalítica y constituyen nuestra forma de trabajar, pero no definen al psicoanálisis como único y específico. Esos mismos aspectos se encuentran presentes en otro tipo de entrevistas y en otros tipos de abordajes terapéuticos. Allí también encontraremos, la presencia de la transferencia (aunque no se le trabaje), señalamientos (que podrían ser considerados interpretaciones), resistencias (ignoradas unas veces si, otras no), regularidad de sesiones, alta y baja frecuencia, y la regresión (que puede llevar otros nombres), también aceptación de la existencia del inconsciente (con otros nombres) y así sucesivamente.
(2) proponemos que lo específico del psicoanálisis, lo pone la persona del analista (y no la técnica). Nos referimos a cuando el analista es capaz de adquirir dentro de sí, dos aspectos que refieren a una capacitación muy especial. Estos son: (a) la modalidad de escucha y (b) la particularidad de lo que habla.
- A) el analista tiene un particular modo de escucha. Difícil de adquirir y para ello se requiere de mucho análisis personal. Me refiero a la capacidad de escucha, sin hacer juicio moral. Escuchar sin hacer simetría con el analizando. La actitud natural humana es a escuchar con una tendencia a la identificación con el que habla. Por esa vía se activan los valores y los sistemas de ideales del sujeto que escucha. Inevitablemente esto produce un juicio de valor. El analista es el único que por su vocación, capacitación (análisis personal) y entrenamiento y (quizás también la tenencia de un don), puede escuchar sin identificarse, por lo tanto sin encontrarse operando por vía de mecanismos inconscientes, con un juicio de valor. Así el analista ofrece una escucha especial y privilegiada, específica del psicoanálisis. Si en algún otro tipo de entrevistas encontramos está especial escucha, diríamos que ofrecen una escucha psicoanalítica, porque esa escucha es específica del psicoanálisis.
- B) igualmente la intervención del analista es muy particular, sea esta intervención por vía de la palabra (interpretación), del acto del analista o del silencio. El analista no es consejero, ni orientador. El analista no aprueba, ni desaprueba. El analista no es juez, ni es profesor. El analista es el único, que en el hablar, busca señalar el camino a lo inconsciente, sea esto a través de señalar lo transferencial o lo reprimido. Preferiblemente interviene desde donde no se le espera y en forma algo enigmática. Los efectos de esta forma de palabra, solo son descubiertos por el que escucha, bajo la tiranía de su propia subjetividad. De nuevo, encontramos que este hablar especial del analista, es único y específico del psicoanálisis.