- La falta de presencialidad por el periodo de casi dos años represento en la vida de los niños y adolescentes un acontecimiento traumático por la pérdida de oportunidades para el crecimiento psicoafectivo y el cambio de vida repentino que vivieron.
- El principal costo que ha tenido esta situación es en la salud mental de nuestros niños y adolescentes, así como en los padres y maestros sobreexigidos en un doble rol de parentalidad y enseñanza académica.
- La escuela presencial desde el punto de vista psíquico es insustituible pues representa un espacio continente y seguro para la socialización, el juego, la experiencia con lo diferente, la vinculación, el conocimiento del mundo y el desarrollo de las potencialidades.
- Volver a clases presenciales es fundamental e impostergable, sin embargo, despierta en las familias angustias, temores, dudas y ambivalencia que deben ser comprendidas como algo normal y elaboradas durante el proceso.
- No podemos esperar que la pandemia sea controlada para retomar la escuela, hay que aprender a vivir con el virus
- La escuela es suficientemente buena, no perfecta, si toma en cuenta los siguientes aspectos durante este proceso:
- Se sensibiliza y conecta con las necesidades emocionales de los niños y familias como objetivo primario y fundamental frente al regreso a clases.
- Da tiempo para la reconexión emocional con la escuela, los padres, los profesores y las familias.
- Se convierte en un espacio de elaboración de las situaciones traumáticas vividas.
- No teme el retroceso en lo académico. Entiende que es necesaria la nivelación y el repaso de los contenidos del año anterior.
- Hace un diagnostico individual de cada niño tanto a nivel emocional como académico.
- Es flexible y toma en cuenta las diferencias individuales de cada niño y grupo ajustando las exigencias a esta realidad
- Introduce lo académico de forma progresiva y respeta el ritmo de cada grupo.
- Hace equipo con la familia creando espacios para la comunicación y la escucha que permitan darle al niño un mensaje sin contradicción que no lo confunda y le transmita la confianza que necesita en este momento.
- Si priorizamos lo emocional sobre lo académico evitaremos convertir el regreso a clases en otro evento traumático logrando hacer de esta experiencia una oportunidad para el crecimiento emocional de nuestros niños y adolescentes.