Sociedad Psicoanalítica de Caracas

Comentarios del film “Cuties” (2020)

por: María Daniela Abreu

“Cuties” se trata de la entrada de una niña a la adolescencia con todos los conflictos que se presentan en esta etapa. El despertar de la sexualidad, la construcción de la identidad y la importancia del vínculo madre hija en este proceso. Me detendré durante mi exposición en los eventos destacados de la película desde cuatro ejes fundamentales para ilustrar  estos temas y las dinámicas particulares.

Amy tiene 11 años y vive en París con su madre y sus dos hermanos pequeños. Pertenece a una familia musulmana originaria de Senegal. En el momento que empieza la película, se presenta una familia recién mudada. Una madre sola con tres hijos y un padre presente en el discurso pero ausente.

El mundo de la madre:

La primera escena es  la madre ocupada con la mudanza y Amy buscando su atención. Deja en su cama un dibujo de la familia, un regalo infantil que hizo con mucho amor dejando ver la admiración y el lugar idealizado que ocupan sus padres. En el apuro,  la madre no lo ve, así como tampoco ve la necesidad de Amy de diferenciarse y tener un lugar especial, un cuarto separada del hermano que la ubique en una posición nueva y privilegiada. Parece que este cuarto está reservado para alguien más.

El mundo de la madre está marcado por la religión  y los mandatos que se derivan de ella los cuales, giran en torno a  lo que se espera de la mujer: “que sea piadosa”, “recatada”, “que obedezca al esposo”, “que tema en la crianza de sus hijos” y que no muestre su cuerpo pues esto es “expresión del mal”. El privilegio es del hombre. Ser mujer implica someterse y servir. Todo lo que salga de esto es un pecado que se debe “lavar”. Aparece la tía quien las recibe en el vecindario y las lleva a un grupo de mujeres donde se refuerza este discurso religioso.

Se presenta el conflicto de la madre “mi esposo se va a casar con otra mujer”. Debe aceptarlo, anunciarlo y celebrarlo porque eso es lo que hace “una verdadera mujer” según la tía. No hay espacio para otra cosa.

En el mundo de la madre la mujer esta devaluada así como el ejercicio de su sexualidad. Aunque esta parece identificada con su religión vemos el colapso narcisista que representa la noticia, los sentimientos de tristeza y rechazo que surgen al respecto. La madre entra en conflicto con lo que se espera de ella como mujer frente a esta situación.

Amy también sufre, esta realidad  representa la caída de sus idealizaciones y una gran decepción. Queda marcada por la noticia y por el peso que los mandatos religiosos tienen para ella y su mama. Se espera que celebren el matrimonio del padre. Sin embargo, ambas están llenas de dolor, frustración y  rabia.

El mundo de Angélica

Encuentra a Angélica bailando en la lavandería. Comienza a mirarla y le genera mucha curiosidad. Se siente cercana pero a la vez muy torpe y temerosa para aproximarse. Así inicia su relación con ella.

Angélica representa la diversión, el juego, las risas, la libertad de romper con las normas, lo prohibido, bailar, las camisas cortas y los pantalones apretados,  las pulseras, el pelo suelto y pintado. También los varones, el cuerpo descubierto, los selfíes y las conversaciones en los baños sobre fantasías sexuales. Algo muy diferente  al mundo de su mama que la atrae y la seduce. En el nuevo colegio se encuentra con su grupo, unas niñas diferentes al resto que desafían la autoridad.  Al tratar de acercarse despierta burlas y  rechazo por ser “rara”.

La entrada al grupo es a través de Angélica con quien, aunque parezcan diferentes por fuera, hay algo en común, ambas se sienten abandonadas, tristes y quieren la aprobación y el  reconocimiento de la familia. En ella consigue la intimidad y la  conexión emocional que no tiene con la madre. Angélica cuida sus heridas, la protege del grupo, la mira y la reconoce como alguien especial. Se convierte en su refugio frente al dolor y las frustraciones de su casa y en un nuevo modelo de identificación, más cercano y amoroso con quien puede explorar su sexualidad y otros ideales femeninos.

Aparece un reto, grabar “la cosa” de un niño en el baño, Amy accede con mucho temor. Las pruebas para ella no han terminado y ahora le toca ocupar un papel secundario en el grupo grabando los bailes sin derecho a participar.

El mundo de Amy:

Amy inicia poco a poco su camino. Cambia a su mama, su tía y al grupo de mujeres de la religión por Angélica y su grupo de amigas. La pertenencia a este grupo se convierte en una prioridad para reasegurar su narcisismo y recuperar la seguridad  perdida en su casa por los recientes acontecimientos.

Se intenta planchar el pelo como Angélica, se encierra en el baño a ver su cuerpo moverse de forma sensual, se pone la camisa corta del hermano, roba el celular y la cartera del primo. No responde las llamadas del padre permitiéndose expresar su molestia. Roba dinero de la madre, rechaza el vestido que envía su padre de regalo para la fiesta, ve videos de bailes sensuales a escondida durante las reuniones para rezar y se escapa a la competencia de baile sin terminar de preparar la comida para la fiesta. Desafía la Ley y comienza a  moverse entre los límites y lo pulsional.

La adolescencia, empieza con la pubertad, y trae consigo un trabajo psicológico muy grande que implica la elaboración de conflictos muy diversos, entre ellos la sexualidad. Los cambios corporales y  hormonales  vienen con una  intensa excitación propia de la madurez sexual. Estos cambios están acompañados en la mente de nuevos contenidos, pensamientos y fantasías que giran en torno al propio cuerpo sexuado, a la representación de los genitales del sexo opuesto  y a una nueva representación de las figuras parentales como seres sexuales.

La curiosidad reaparece con la actualización de las teorías sexuales  infantiles ¿Cómo se hacen los bebes?, ¿Si me orinan en la boca puedo quedar embarazada?, ¿El pene puede atravesar mi cuerpo?, ¿Si es muy grande, puede salir por mi boca? ¿Eso sería una violación?

También viene en esta etapa la búsqueda de la propia identidad  que incluye los aspectos relacionados al género. Se movilizan las identificaciones de la infancia lo que trae conductas de oposición, rebeldía y transgresión como formas de diferenciación y exploración. La búsqueda de nuevos ideales está en el primer plano como parte de la formación de la identidad, por ello, el grupo de pares adquiere protagonismo.

Todos estos cambios crean una crisis y un funcionamiento mental desbordado. Esta etapa es más que una recapitulación del pasado pues ofrece una nueva oportunidad de reestructuración psíquica y de ahí su relevancia.

Amy comienza a interactuar en las redes sociales a través del celular que le roba al primo. Practica los bailes y busca lo que es más popular y  genera más likes. Encuentra un video de un baile sensual y provocativo. Cuando una de las niñas del grupo es excluida, llega su oportunidad de protagonizar y lleva este baile al grupo. Con esto,  gana popularidad pues sienten que pueden competir con las más grandes que son sus rivales y las “favoritas” del concurso.

A partir de ese momento, los bailes sexuales se hacen parte de las dinámicas del grupo. Se imitan los movimientos que escenifican la relación sexual sin que esto tenga mucho sentido para ellas. Es más un papel que representan, como cualquier otro, un juego. Lo sexual, es algo que está en sus cabezas  y en su cuerpo pero aun no encuentran como manejar ni representar, es algo  excitante pero a la vez confuso, que las llena de curiosidad y repugnancia.

Juegan como niñas a  ser mujeres. Se emocionan y excitan cuando ven pasar al muchacho que les gusta, lo llaman y luego se  asustan y trancan la llamada cuando son “descubiertas”;  dicen que tienen más edad de la que tienen para parecer mujeres sexualmente activas pero luego encuentran un condón y mueren de asco hasta lavar la lengua de una de ellas con jabón, rivalizan “como mujeres” con las más grandes para ganar el concurso y luego no quieren ser vistas como “putas”. Así van, jugando, tratando de entenderse y entender pero sin hacerlo del todo. Siempre hay algo que las delata y deja en evidencia que aún son unas niñas y esto les genera rabia y frustración.

Vemos continuamente la interacción de los dos planos del conflicto adolescente. Las necesidades narcisistas, propias de la construcción de la identidad, la necesidad de pertenencia y el reconocimiento  del grupo y  la sexualidad, que va apareciendo como algo ambiguo. Por un lado,  deseado porque les agrega valor, “somos mujeres sexualmente activas y sexys como Kim Kardashian,” pero por otro, rechazado y censurado porque tiene el potencial de devaluarlas frente a los demás y causar rechazo “somos putas y zorras”. Este es el enigma sobre la sexualidad femenina que tienen que resolver.

Cuando no hay un vínculo seguro que ayude a metabolizar estos cambios; cuando el rechazo a  las figuras primordiales es tan grande que genera una ruptura en la relación; cuando se inicia esta etapa en un ambiente familiar inestable o con  acontecimientos traumáticos y hay presión de grupo, la vulnerabilidad del adolescente  aumenta con la probabilidad de que se expongan en su búsqueda y  se den actuaciones que los pongan en peligro.

En estos casos las redes sociales  tienen un impacto aun mayor, pues son el lugar donde buscan las respuestas y referencias identificatorias. Aquí encuentran un mundo paralelo de ideales, donde el mandato es ver y enseñar. Se comercia con la  exhibición de lo sexual. Y ahí están los otros para mirar. No hay límites de edad y todo queda erotizado generándose aún más confusión y riesgos.

Amy baila sensualmente frente a los señores del lugar de los juegos, se comienza a desnudar frente al primo cuando le quiere quitar el celular, publica los bailes eróticos con las amigas para ganar likes hasta que finalmente, en una medida desesperada toma la foto de su genital y la pública para “demostrar” que es una mujer. Todas conductas de riesgo que la dejan expuesta a los abusos del otro. Así lo demuestra el incidente en el salón, cuando el compañero de clase le da una nalgada frente a todos. La motivación principal, la búsqueda de reconocimiento y aceptación, el medio para lograrlo la sexualidad.

El mundo de Amy y su mamá:

A  lo largo de la película se muestra la desconexión emocional entre Amy y su mama. Nos preguntamos, ¿Dónde está la madre mientras Amy transita  su camino?

Esta aturdida en su proceso personal, sin posibilidad de registrar las necesidades de su hija, verla y escucharla. Parece una madre deprimida, distante y hasta hostil. Culpa a Amy por sus cambios, dice que la hacen quedar mal con el padre y que es una desconocida para ella. La avergüenza. La exorciza dándole una categoría de demoniaco a su sexualidad. Como algo que es ajeno y debe ser expulsado de su cuerpo.

Podemos entender lo que le pasa a Amy no solo como parte de su entrada a la adolescencia sino también como expresión de lo traumático del acontecimiento familiar y un  síntoma de la madre. Sus conflictos, expresan todo aquello que la madre está obligada a reprimir y negar de sí misma en relación a su feminidad y sexualidad y que en ese momento, con la boda del esposo, está en conflicto dentro de ella. Ya no es su doble, al contrario,  le muestra lo que ella no quiere ver y por eso la rechaza.

¿Qué es ser mujer? ¿Qué tipo de mujer es mi mama? ¿Hay otras formas de ser mujer?, ¿Qué mujer quiero ser yo? ¿Cuál es el tipo de mujer que escoge mi papa? Son algunas de las preguntas que Amy intenta responder durante la película, pero para hacerlo, por ahora solo tiene a sus amigas y las redes sociales.

La construcción de la feminidad requiere del vínculo con la madre como pilar fundamental. Es a través de ella que las niñas entienden lo que es ser mujer y logran representar la vagina como el órgano femenino para el placer sexual.  Este proceso, es un recorrido complicado, que supone mucha confusión y requiere de especial cuidado al inicio de la adolescencia.

La contradicción  entre la pulsión y la moral femenina, dificulta la narcisizacion del género, el ejercicio sexual de la mujer y la construcción de un ideal femenino fuera de la búsqueda del reconocimiento del hombre. Por otro lado, las características del órgano femenino (invisible, penetrable y húmedo), marcan ansiedades y conflictos particulares que complican su representación e integración como parte del cuerpo para su disfrute.

¿Cómo se reconoce una vagina que esta negada por la madre y su cultura? ¿Cómo feminiza una madre que está en conflicto con su propia feminidad?

La llegada de la menstruación es una noticia que Amy  recibe con total desconocimiento y horror. La tía lo celebra  y con ello le da la bienvenida al mundo femenino. No por lo que implica como disfrute para su sexualidad sino como el valor que adquiere  para el hombre, que ahora, puede casarse con ella y exhibirla como trofeo, tal como hará el padre con la próxima esposa.  La madre al enterarse en cambio, se acerca a su cuarto  anunciándole su condena “ya eres mujer”.

¿Cómo integrar estas dos versiones? ¿Cómo validar el ideal femenino de su tía mientras ve a su mama llena de sufrimiento? Se hacen evidentes los obstáculos en  la construcción de lo que la  “hace mujer”. ¿Es pelar cebollas y cocinar para el padre?, ¿Es sangrar?, ¿Es bailar sensualmente con mis amigas y ganar el concurso?

Amy mira los cuerpos de las mujeres y su voluptuosidad, con angustia  revisa su vagina, la fotografía en un intento de conocerla, alucina con la sangre  y con la mujer que  debe habitar el vestido que le regalo el padre. Se debate entre la feminidad impuesta de la madre que la persigue (representada en el vestido) y la del mundo de Angélica (la que muestra y se expone en las redes sociales). Lo femenino es algo fantasmal que aún no se puede representar.

Este proceso trae una desorganización temporal en las niñas y una regresión que debe ser tolerada. La madre, debe contener las angustias movilizadas en la hija, mostrarse receptiva en su avanzada sexual y aceptar  su proceso de individuación.  Las niñas,  necesitan dirigirse a la madre y alejarse de ella al mismo tiempo, al fin de poder desarrollar su propia versión y autonomía.

La relación de Amy y su mama esta interferida, no solo por el conflicto que la madre atraviesa sino por la influencia de lo generacional y cultural entre las dos. La tía representa el ideal  femenino tiránico y persecutorio de la religión que  sabotea esta relación y les impide conectarse.

Amy lleva un proceso en dos niveles, al buscar modelos diferentes al mundo de la madre y competir con las más grandes y con Yazmine (al tirarla al agua), no solo busca ser la mujer escogida por el padre sino también regalarle ese  triunfo a la madre. Reivindicarla. Es la lucha de las dos.

Esto queda claro durante el baile cuando encuentra la voz de la madre dentro de ella. Vuelve a la casa y le pide que no vaya a la boda en un intento de rescatarla y rescatarse de su colapso. En ese momento, es la madre quien finalmente la salva a ella. La defiende de la tía, la acepta con sus diferencias, valida sus sentimientos y la expresión de su sexualidad dándole la opción de elegir.

Amy se siente comprendida, reconocida y contenida. Ya no necesita  escoger entre la  versión de Angélica o de su mama, puede irse por la propia, donde ambos aspectos quedan integrados de forma más armónica. Puede vestirse de una forma más adolescente, aceptando su sexualidad sin exponerse, al tiempo que acepta que todavía es una niña y tiene tiempo para seguir jugando.

La madre, al final le permite diferenciarse y con esto la libera. Aunque el padre no aparece aprobando su feminidad, aparece una figura masculina equivalente que va a visitar a Amy y a su mama. Le dice a la madre que es su derecho abandonar al esposo si lo desea y reafirma que Amy no tiene nada maligno. Al reconocer sus sentimientos y aceptarlos como válidos alivia a la madre quien después, puede contener a Amy.

A propósito de la polémica de la película.

La sexualidad  infantil y adolescente moviliza en la sociedad y en cada familia particular toda clase de reacciones. Están los que la penalizan, se horrorizan, buscan reprimirla y  censuran todas sus manifestaciones y los que por  el otro la hiperestimulan, la exhiben y se sienten excitados con ella.

¿Cuál es el balance adecuado? ¿Cuál es la línea que divide lo aceptable de lo censurable? ¿Qué posición debemos adoptar? y ¿Qué tipo de educación sexual es la saludable? Estas son las preguntas que podemos discutir.

Esta película ha sido muy cuestionada por mostrar una realidad que aunque no nos guste es la que viven nuestros adolescentes, la hipersexualizacion.  Esto es lo que muestra, no es ficción, ni ha sido exagerado,  es parte de lo que pasa en la realidad, en la música que escuchan, los ídolos que siguen, los modelos que idealizan, los concursos de belleza que se  promueven en la televisión y la ropa que está de moda.

¿Hay riesgos asociados a todo esto? Por supuesto ¿Existirán los pedófilos que miren la película y la utilicen para satisfacerse? Seguramente, son parte de la vida real.

Ahora, no es negando esta realidad ni censurando la película que podremos combatir lo que tememos ni darle a nuestros adolescentes las herramientas que necesitan para transitar este camino de forma saludable y con el menor riesgo. Al contrario, naturalizar estos cambios como parte normal de la adolescencia, aceptarlos, canalizarlos, acompañarlos en el proceso y estar receptivos a sus necesidades es lo que se espera de nosotros como padres y como sociedad.

Referencias Bibliográficas:

Bernstein, Doris (1990)” Ansiedades de la mujer en relación con sus genitales: conflictos y modos de dominio”. En Trópicos Revista de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas. Año XVIII, Volumen 1, pág. 9-29.

Bleichmar, Emilce (1985) “Genero y Narcisismo” en el Feminismo Espontaneo de la Histeria.

Hernández, María (2002) “Actualidad del Trauma Narcisista en la Adolescencia” en Revista de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica de Madrid. N° 37 E

Sahovaler, José (2001) “El impacto de las nuevas tecnologías y las nuevas realidades en psicoanálisis” En Revista de Psicoanálisis. Año LVIII, Volumen 3, pág. 737-747.

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