Sociedad Psicoanalítica de Caracas

BLOCK DEL ANALISTA / ENTRE GRATIS Y UN OJO DE LA CARA: ¿CUAL DEBE SER EL COSTO DE UN ANÁLISIS? Adrián Liberman

1.- Entre los psicoanalistas de diversos colores y obediencias teóricas hay consenso generalmente que el tema de los honorarios y su cuantía es algo importante de abordar por un lado pero que por otro produce toda una serie de pruritos y resistencias. Es uno de esos tópicos que unifica criterios en cuanto a su lugar y atención que reclama pero que, paradójicamente, hacemos con él todo lo contrario.

2.- Es un tema que pertenece a la teoría de la técnica pero que no lo abordamos durante el curso de la formación analítica, sino de forma marginal, y aventuro que para casi todos nosotros  es un hueco en el aprendizaje, una suerte de déficit que cada quien resuelve a posteriori y a su manera. También pertenece a la ética del psicoanálisis, por lo que abordarlo es entonces doblemente necesario y espero, sea doblemente provechoso.

“Cuanto cobra?”  Ud “¿Tiene punto de venta”? (dispositivo electrónico para el uso de tarjetas de débito y/o crédito)  son hoy en día las dos primeras cosas que me preguntan, previas incluso a confirmar si soy la persona con la que desean comunicarse los posibles consultantes. Ello marca, a mi modo de ver, la pregnancia creciente de lo económico como dimensión actuante en lo psicoanalítico.

3.- Los textos de la teoría de la técnica abordan el tema de forma marginal y escueta (Etchegoyen, 1986, Freud “Consejos al médico” (1913) o “Nuevos rumbos de la terapia analítica” (1919). Lo hacen como algo circunscrito al contrato analítico y al sentido del dinero, pero omiten el tema del monto de los honorarios. Veré si me es posible cerrar en algo esa brecha.

4.- Una viñeta clínica para ilustrar el tema:  XX es un analizando a quien atiendo desde hace tres años. Ejecutivo de una trasnacional, los costos de su análisis son cubiertos por su seguro médico. Este seguro me solicita cada tanto facturas e informes. Hace poco recibo la amable llamada de un funcionario de dicha empresa de seguros que quería una explicación acerca de porqué mis honorarios se habían quintuplicado, pasando de Bolívares “Fuertes” 700 por sesión a 3500 por cada una. Encontré importantes dificultades para explicarle a esta persona que la inflación en Venezuela en una semana superaba a la de todo un año en su país de origen. Sin embargo, traducidos a dólares, mis honorarios se habían reducido a menos de la mitad….

5.- SI bien trataré de ocuparme del asunto del monto de los honorarios y su lugar en el análisis e intentaré eludir las generalidades acerca del dinero y sus significados, me resulta inevitable ocuparme de algunas de estas generalidades para darle pie a mis ideas. ¿Porqué se intercambia dinero en el análisis?

.- Para evitar el pago en otras formas, “especies”, deseos, exigencias que se constituyan en “sacrificio”, “una libra de carne y sangre”, una forma de colocar los intercambios entre analista y analizando bajo el imperio de lo simbólico, lo normado socialmente. Es avenirse a ser depositario de las pasiones, pero no a satisfacerlas. Aceptar la emergencia de los deseos, pero no corresponderles sino con interpretaciones. El dinero contribuye al establecimiento de la ética de la relación. Exigir pago es renunciar a satisfacciones sustitutivas por la labor realizada.

.- Para marcar que hay algo que se demanda y algo que se suministra en la relación analítica, que entre otras cosas es una relación sujeta a la economía también. ¿Qué se compra? Básicamente el suministro de herramientas para cambiar el sufrimiento psíquico pero más sustantivamente los servicios de otro  comprometido a no ser otra cosa que agente de los intereses del paciente (Szasz, 1971).

6.- Encarando el asunto del monto de los honorarios, ¿poco o mucho?. La cantidad que se acuerda marca que el análisis es un intercambio, y como toda transacción relativamente injusta. El análisis es un proceso de pérdidas, intenta ser un trayecto en el cual el analizando pierda sus formas patógenas por otras más convenientes a lo largo del proceso. Y resulta que sus síntomas, sus motivos de consulta son su capital psíquico. ¿Cómo estimar el valor que este capital tiene? ¿Y a cambio de qué se le propondrá perder para quizás ganar? El dinero viene a ser  un instrumento que trate de dar cuenta de ello. Ha que comenzar diferenciando precio de valor, con lo que emerge otra pregunta, ¿cuál es el bien que se transa en el psicoanálisis?

7.-Entonces: ¿mucho o poco? Esto variará de paciente en paciente, pero el pago, escaso o abundante no dejará de tener consecuencias en ambos miembros del proceso.

Si es poco,

En el paciente:

.- No lo considera significativo y no toma en serio el análisis.

.- Siente gratitud hacia el analista  lo que le produce sentimientos de culpa.

.- Distorsiona la transferencia, el analista se muestra excesivamente interesado en él o pide otras cosas como “compensación”.

.- Puede tener sentimientos de triunfo, de dominio sobre el analista.

En el analista:

.- Revela deseos de gustar, de agradar, de mostrar que no pide nada.

.- Cree que el paciente le debe estar agradecido y por tanto no tolera la transferencia negativa.

.- Se siente culpable por exigir honorarios ( y más por ajustarlos)

.- El resentimiento se revela como desinterés, aburrimiento y alivio cuando el paciente no viene a sesión.

Si es mucho:

En el paciente:

.- Impide la iniciación del tratamiento o compromete seriamente sus recursos financieros.

.- Le genera expectativas mágicas de curación.

.-Sospecha que es el paciente favorito del analista (sospecha con muchos visos de realidad)

En el analista:

.- Puede sentir preferencia hacia este paciente

.- Se siente culpable y presionado a hacer más por este paciente para compensar los altos honorarios.

.- La cura naufraga por los sentimientos de culpa contratransferenciales.

8.- Uno de los problemas que se deriva del monto de los honorarios es que éstos intentan constituirse en una respuesta acerca del valor del tratamiento. Es decir de la estima que el analizando le atribuirá al trabajo analítico. Pero este valor es algo que surgirá a posteriori, algo que es consecuencia de la labor analítica, que se va delineando en la medida que la tarea avanza y produce consecuencias. Entonces el monto de los honorarios, mucho o poco, alude a algo distinto que es el precio, no el valor. Probablemente sería más isomórfico con el asunto si los honorarios fuesen ajustándose en la medida que la noción de valor se desarrolla, siguiendo el ritmo de los efectos que la cura va teniendo en el analizando.

Se plantea así que puede cobrarse mucho, para tratar que se estime en mucho también el tratamiento y esto no se logre y que pase lo contrario, se cobre poco pero la valoración del análisis sea alta.

Una consecuencia de esto es pensar en ir variando el monto de los honorarios en función de los resultados a medida que la cura avanza y produce efectos y entonces podría demandarse más dinero como expresión de ello.

9.- El dinero es un recurso para tratar de establecer una atribución valorativa al trabajo analítico, un intento de colocar esta atribución dentro de los márgenes, los límites que impone la civilización. Los honorarios y su cuantía implican un malentendido inicial que se da en la demanda de análisis. Mientras el analizando demanda profundizar en el goce del síntoma, el analista ofrece la castración, es decir el conocimiento del deseo y sus límites. (El acto de pagar de solicitar dinero es la demanda de reconocer un valor que será creado por el trabajo, una atribución previa que inaugura la dimensión subjetiva y deseante de la economía).

10.- Podría pensarse entonces que mucho o poco será resultado de un proceso de negociación, que supone cierta flexibilidad en las posiciones de analista y analizando. Que exista o no esta negociación, que se acepte sin más objeción lo primero que se le demande o que se oponga resistencia hablará de la tendencia a oír la palabra del analista como palabra santa, como orden o como materia a debatir. Lo que dará luces acerca de la fortaleza del Yo, las tendencias a la idealización  y la intensidad de las transferencias tempranas, entre otros tópicos e indicadores de éxito o fracaso de la cura a inicarse.

Lo que se intenta establecer con los honorarios es el problema del valor de un trabajo y de la utilidad que se le atribuye. Puede pensarse que en tanto más útil sea el análisis para alguien más estaría dispuesto a pagar por él. Solo que esta utilidad no puede determinarse a priori.

11.- También puede considerarse que la maniobra técnica sobre los honorarios es la de establecer una negociación, un determinado margen de variación, bandas entre las que discurre la demanda inicial del analista como globo de ensayo para medir algo que no surgirá sino después, que es la valoración del tratamiento.

12.- Cuando el analista pide dinero a cambio de su trabajo, se muestra como un ser necesitado, atravesado también por la castración. De esta manera, más que una negociación, con análisis de costos, producción en serie o no, el producto que se transa en análisis es uno saturado por la dimensión subjetiva y deseante de los actores del proceso.

13.- En función de lo anterior habría que preguntarse  si la dinámica de los honorarios y su ética corresponden solo a un sistema capitalista, de libre circulación de bienes y mercancías o si éste puede estar regulado por el Estado como efecto de una estandarización. Puede que esta imposibilidad y otras expliquen porque el psicoanálisis no pudo prosperar en sistemas socialistas

14.- Quizás “caro” o “barato” no sean términos de política económica, de estandarización de precios aplicables a la práctica del psicoanálisis. Quizás corresponden a una dimensión subjetiva, a la atribución de valor que cada quien hace, junto a los diversos atravesamientos que en la subjetividad de analista y analizando producen las diversas coyunturas económicas.

Caracas, mayo 2015.

BIBLIOGRAFÍA:

Etchegoyen H.R (1986) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica, Buenos Aires, Amorrortu

Freud, S (1913) Consejos al médico, Obras completas,Buenos Aires Amorrortu

Freud, S (1919) Nuevos rumbos de la terapia analítica, Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu

Szasz, T (1971) La ética del Psicoanálisis, Madrid, Gredos

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