Alicia Leisse de Lustgarten
El Dr. Marucco es psicoanalista, miembro Titular con función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Estudioso de la metapsicología, tiene una línea de investigación en este campo que destaca un pensamiento creativo que apunta a mirar de cerca al sujeto que nos convoca y al entorno social en el que está inmerso. Hemos escogido entrevistarlo a él para conocer con mayor profundidad su pensamiento psicoanalítico, que ha quedado para la lectura y estudio gracias a la publicación de numerosos libros. Podemos situarlo como uno de los autores contemporáneos de gran contribución al conocimiento latinoamericano y al psicoanalítico como tal.
¿Cómo se presenta el psicoanalista Norberto Marucco ante nuestros lectores?
Como un psicoanalista muy comprometido con la práctica analítica actual, así como también por su futuro, el cual comprende, entre otras cosas, las temáticas de la formación y de la transmisión en psicoanálisis. Junto a un grupo de estudio, del cual soy coordinador hace ya varios años, emprenderemos un nuevo proyecto de integración conceptual que estará enmarcado en el área de las nuevas iniciativas de la IPA. Nuestro trabajo apuntará a lograr congeniar la investigación de conceptos psicoanalíticos con la práctica
¿Qué le preocupa del presente?
Hace años que asistimos a una proliferación de múltiples tipos de psicoterapias que se presentan más acordes a la realidad socio-económica actual por ofrecer soluciones a corto plazo. Este crecimiento cuantitativo no implicaría un problema si estuviera acompañado de una fundamentación teórica adecuada, por el contrario existen algunas psicoterapias psicoanalíticas que carecen de fundamentación metapsicológica apropiada.
A su vez creo importante promover como política la pluralidad de ideas, los psicoanalistas contemporáneos somos eclécticos, diríamos en mayúsculas, en el sentido que utilizamos lo que es útil de cada de teoría para abordar la clínica cotidiana. Creo que la IPA, si bien siempre mantuvo una pluralidad de ideas recién ahora se ha animado a reconocer una pluralidad de prácticas.
¿Y del futuro?
Una línea que prevaleció a ultranza hace unos años atrás fue la investigación del inconsciente, en donde la cura llegaba por añadidura. Como mencionaba antes, en el imaginario popular actual, el análisis no es entendido como una investigación, sino como una terapia que intenta aliviar los síntomas. En caso que esto no se logre, los pacientes buscan terapias alternativas, lo cual conlleva una disminución de pacientes y, por lo tanto, de aspirantes a la formación. Con el respeto que merecen los pioneros, el psicoanálisis pasó por un momento de triunfalismo, la carrera analítica era una carrera donde imperaba cierta soberbia de distintas corrientes analíticas que, por lo tanto, no daban cuenta de su práctica. Creció sí, pero se angostó. La crisis por los años 80 fue entonces, como casi todas las crisis, una crisis positiva: se caracterizó por la pérdida de cierta hegemonía kleiniana y la eclosión de un movimiento nuevo, el lacaniano que se apoyaba en un retorno a Freud. El problema de esta última es que, para algunos, fue esgrimida como la única teoría, como ocurre casi siempre con las teorías. El cuestionamiento de la teoría lacaniana que surge hoy es una apertura. El problema se revela en psicoanálisis con el estancamiento de la producción de nuevas ideas.
Según la Organización Mundial de la Salud la depresión será, en el 2020, la segunda enfermedad más importante del mundo ¿Qué ha pasado? ¿Herencia o cultura? ¿Qué cosas desalientan en el mundo que lleva a perder la autoestima de sus miembros?
Investigaciones aseguran que el tratamiento psicofarmacológico no es suficiente para abordar satisfactoriamente esta patología. Deberá se acompañada por psicoterapia, y entre ellas considero que el psicoanálisis cuenta con las mejores herramientas. Sucede que los analistas debemos aprender a usarlas y transmitirlas.
¿Un psicoanálisis latinoamericano?
La especificidad del psicoanálisis latinoamericano la define su clínica. En este sentido podríamos pensar que cada comunidad está impregnada por una realidad social singular que altera el psiquismo, dotándolo de características psicopatológicas particulares. Todo esto nos convoca a indagar la participación que tiene la cultura en la constitución subjetiva. No se trata de ideología política, sino de dilucidar cómo influye ese proceso a cada sujeto. Desde esta perspectiva, como decía Freud, hacer de la miseria neurótica un infortunio común.
¿Una línea de pensamiento, la metapsicología?
Soy un estudioso de la obra de Green, sus ideas son el resultado de una intensa y profunda interrogación de la clínica. El desarrollo de nuevas teorizaciones a través de la investigación es un desafío que he sostenido a lo largo de toda mi trayectoria. Esto es así porque considero que la metapsicología habilita e interroga la exploración teórica de la práctica cínica. Lo teórico parte de la clínica y se fundamenta en la técnica.
¿Cómo entiende la transmisión del psicoanálisis?
Como decía al comienzo, la transmisión del pensamiento analítico ocupa una parte muy importante de mi labor cotidiana. Si bien la práctica clínica se ocupa de la singularidad, del caso por caso, como se suele decir ahora, nuestras teorizaciones deben poder ser transmisibles para que no queden en una mera cuestión personal.
Considero además que la formación psicoanalítica debería ser permanente así como también lo es el análisis del analista.
Siempre nos referimos a la cara profesional de Norberto Marucco, ¿y su vida cotidiana? Qué preferencias tiene, qué disfruta…
Dedico tiempo a escribir por lo que no estoy tanto como quisiera con mi familia o con amigos. Soy un gran lector, tengo una gran apetencia por la literatura psicoanalítica. Además me gusta el futbol y la música, en la que estoy desde los 4 años. Dediqué 13 años de mi vida a aprender violín. He tenido una gran pasión con la medicina, la vida política y cultural.
¿Hacia donde va su trayectoria como psicoanalista?
Tengo dos o tres caminos. Uno de ellos es ayudar a que otros puedan encontrar el mejor camino. También quiero seguir escribiendo, ya tengo 9 libros, algunos en co-autoría, otros míos solo, y varios de ellos están traducidos. Estoy escribiendo actualmente uno que enfoca en las primeras heridas traumáticas de un sujeto, las cuales generan una tendencia a ubicarse en el área de la actuación, razón por la cual requieren de alteraciones de la técnica.
Y el psicoanálisis de cara a la realidad social, ¿cómo ve esa aproximación?
El aparato psíquico de la segunda tópica, esa construcción teórica que nos legó Freud, tiene una ventana: la realidad exterior, que no ha sido suficientemente explorada para las respuestas que requiere. Precisamos de nuevos analistas en la cultura, en tanto hay nuevos malestares.
¿Es la metapsicología una aproximación a estas variantes?
Pretendo una exploración teórica desde la cual pensar la práctica. Ver en la práctica clínica como se constituye parte del psiquismo. Una preocupación que recojo en este Congreso es si las prácticas quedan legitimadas respondiendo a los pilares básicos de la clínica y de la técnica. Que la teoría parte de la clínica y se fundamenta en la técnica. Desde la atención flotante que ya regía antes de 1914, la escucha recoge lo que golpea del signifcante al síntoma. Luego viene la repetición y encuentra en la compulsión a la repetición, tanto lo mortífero, como un último pedido de representación.
El psicoanálisis contemporáneo tiene cierta humildad que le permite acercarse al mundo interdisciplinario: la filosofía, la sociología, etc. La realidad muestra que ha dejado de ser una profesión de “elegidos”. La transmisión formal queda cuestionada. La formación es permanente, y los propios analistas convocan a una revisión serie de los estándares básicos. El método con que atiende un candidato en formación a sus pacientes, apunta a veces más a la investigación del inconsciente con cierta independencia de la intención terapéutica. Ello es sin duda relevante por el colega en formación, pero contrasta con el paciente de la calle que le interesa fundamentalmente curar su padecer. Es así como los analistas que transmiten esos modelos de investigación del inconsciente a los pacientes que le consultan, se distancian de la realidad del dolor del paciente que padece. ¿Qué análisis busca el que consulta?
El Dr. Marucco es un analista prolífico en su producción. En el año 96 publica su primer libro: “Cura analítica y transferencia. De la represión a la desmentida”.
Son más de 20 años de trabajo desde entonces. Algunos de los trabajos me parece que marcaron hitos. Por ejemplo, destaco pensar el psicoanálisis en términos de una tercera tópica, con la acción de la desmentida como defensa, planteando un inconsciente que va más allá de lo reprimido. En aquellos años, cuando surgieron, eran ideas que no circulaban. Me refiero a la idea que no todo lo inconsciente retornaba desde lo reprimido sino también en los actos o en el soma. La escisión del yo planteada en la “Spaltung” freudiana abre, como plantee en su momento, consideraciones, teóricas y técnicas, diversas. Trabajé la idea de varios inconscientes: un inconsciente edípico, un inconsciente narcisístico, un inconsciente de la pulsión de muerte, etc. A su vez, la transferencia del narcisismo y la del Edipo. En que consistían las identificaciones de las épocas tempranas; qué tenían que ver con la satisfacción de la pulsión y cuáles con la identificación desde el deseo del otro. “El niño será el sueño irrealizado de sus progenitores”, ejemplo paradigmático de lo que llamé identificación primaria pasiva
Dediqué muchas horas de trabajo a la reacción terapéutica negativa. Y fui uno de los primeros que recuperé con mucha fuerza el trabajo de construcción de Freud a partir del análisis terminable e interminable en su concepto de “mas allá de la castración” que apunta hacia la ligadura con lo temprano; en esos puntos donde se juega la desinvestidura.
¿Cuáles autores psicoanalíticos han influido en su pensamiento?
Freud, Winnicott, Lacan, Laplanche, Green.
Cuéntenos algo de sus inicios en el psicoanálisis
Cuando comencé a estudiar psicoanálisis estaba por recibirme de médico. En ese entonces, en la facultad de Medicina de Buenos Aires hablaban los pioneros, había un profesor, Ángel Garma que hablaba de medicina psicosomática, y sus palabras me “tocaron”. Me formé con el profesor Guillermo Vidal, en el trabajo hospitalario, ayudándolo, viendo muchos pacientes, hacíamos guardias psiquiátricas; era una búsqueda apasionada en un contexto muy psicoanalítico.
Ha cambiado aquella época, aquellos pensadores se retiraron de la universidad. Por los años 76 el psicoanálisis era un fervor; eran los años de la dictadura y la facultad era como una suerte de refugio donde se podía pensar. Había riqueza en el diálogo sobre lo psicoanalítico, muy reconocido, por otra parte, por el movimiento intelectual en aquellos días.
En aquella época, analizarse era parte de una manera de enfrentar los trastornos psíquicos que va perdiendo lugar por en la actualidad por la cantidad de opciones terapéuticas, que provienen para mí de la falta de respuestas terapéuticas que da el psicoanálisis ejercitado, solamente, en la llamada cura clásica.
Insisto, la investigación y la terapia van juntas. Pero hay veces que la cura se opone a la investigación y en ese caso, el compromiso del analista debiera ser con la cura.
¿Qué sigue en su escritura? ¿Y como surge el escrito?
Próximamente voy a escribir un libro sobre “Zonas Psíquicas”. Cuando algo me preocupa empiezo a pensar en ello hasta que se me ocurre una idea que plasmo en un escrito. Los seminarios que dicto ininterrumpidamente desde hace 28 años, son un espacio que habilita la emergencia de diversos interrogantes que me posibilitan seguir pensando.
Es una suerte de pasión por el psicoanálisis pero pasión humana, descarnada. A veces corremos el riesgo de perder eso fantástico que se refiere a pensar y buscar el cambio psíquico en los analizantes y en nosotros mismos.
Nota de la entrevistadora
Tengo en mi haber conocer al Dr. Marucco hace muchos años en oportunidad de darnos una serie de conferencias y supervisiones en la ciudad de Caracas, Venezuela en el año 92 Fue además mi discutidor en una presentación clínica en el Congreso de Fepal celebrado en Gramados, Brasil en el año 2000. Lo he escuchado en diversas presentaciones en Congresos Latinoamericanos e internacionales y dispongo de algunos de los numerosos volúmenes publicados. Compartimos también trabajo en los quehaceres de nuestra querida Asociación Psicoanalítica Internacional. Considero al Dr. Marucco uno de los pensadores contemporáneos que honran al psicoanálisis latinoamericano. Sirvan estas líneas para dar testimonio de mi reconocimiento.