Sociedad Psicoanalítica de Caracas

¿QUE ES LA MALDAD Y CUAL ES SU ORIGEN? Rómulo Lander [Caracas, 2017] 

¿QUE ES LA MALDAD Y CUAL ES SU ORIGEN? 

Desde el punto de vista del psicoanálisis estructural la maldad refiere a <la capacidad del sujeto de ejecutar la destrucción del otro>. Esa capacidad destructiva que llamamos maldad, puede estar dirigida hacia varias personas o hacia la sociedad como un todo. Puede ser dirigida hacia grupos específicos de personas. Puede estar dirigida a la destrucción de animales o dirigidas a destruir el mundo vegetal. También puede estar dirigida a destruir bienes materiales específicos que afectan a los seres humanos. Es necesario admitir que la <capacidad de maldad> es algo natural en el ser humano. Precisamente nuestra civilización actual que comienza hace 12 mil años1 se fundamenta en dos prohibiciones básicas: la prohibición del incesto y la prohibición del parricidio.2  

 

La capacidad destructiva de la pulsión debe ser domesticada con éxito para lograr la vida en común entre los humanos. Hace aproximadamente 5 mil años se logró un avance en la civilización con la aparición de los códigos que definen la conducta aceptable para vivir en sociedad: esto ocurre con la aparición del Código de Hammurabi en Mesopotamia3 y luego con Código de Moisés.4 Ambos códigos se complementan y ofrecen un límite y un orden a la acción destructiva [malvada] del hombre. Desde entonces la civilización y la cultura progresan a pasos agigantados. La destructividad del ser humano va a encontrar vías de expresión aceptadas por las reglas sociales. Así se abre un espacio para las guerras que son desatadas por la voracidad de los humanos de poseer más y más riquezas y por los deseos expansionistas territoriales incontenibles de los poderosos.  

 

Los seres humanos van a desarrollar una exagerada capacidad destructiva malvada por dos razones fundamentales. La primera razón es la presencia exagerada de la <envidia temprana maligna> que en su versión moderada está presente y es normal desde el nacimiento. Pero en su versión exagerada maligna la envidia temprana se hace destructiva. La segunda razón es la <carencia de alteridad> del ser.  

 

Ambas son producidas y aparecen en la vida mental cuando ocurren en la historia de infancia <carencias afectivas> severas del niño pequeño durante los primeros mil días de su vida. Una vez establecidas estas dos razones fundamentales para la aparición de la maldad, esta se convierte en algo inmodificable e irreparable. 

 

Es necesario comenzar por precisar a qué me refiero cuando hablo de: La <envidia temprana maligna> y luego aclarar lo que denomino la <carencia de alteridad> luego las <carencias afectivas> del infante en los primeros mil días de la vida.  

 

La envidia temprana maligna 

 

Melanie Klein[Campo] en su libro <Envidia y gratitud> publicado en 1957 [tres años antes de su muerte] considera a la envidia temprana como uno de los factores que actuando desde el nacimiento afecta la experiencia del bebé con el pecho. Se trata de una intensa emoción primitiva y arcaica en la cual están involucrados sólo dos partes: el sujeto que envidia y el objeto envidiado [dentro de un nivel de relación de objeto de tipo parcial]. La <envidia temprana> tiene como objetivo que el Yo del sujeto sea tan bueno como el objeto envidiado. Pero resulta que esto es imposible. Entonces el objetivo cambia y aparece el deseo de destruir y arruinar lo bueno que posee el objeto. El objetivo de destruir el objeto enviado es lograr suprimir la fuente de envidia. Es este aspecto <dañino de la envidia> lo que la hace tan destructiva para el desarrollo infantil del aparato mental y la hace <maligna> ya que convierte en malo [el pecho] que es la fuente misma de todo lo bueno, impidiendo las identificaciones con el objeto bueno.    

 

Melanie Klein también diferencia la <envidia temprana[Campo] maligna> de la <voracidad>. [Campo]La voracidad implica el deseo de poseer todo lo bueno que pueda extraerse del objeto sin considerar las consecuencias. Incluyendo la posibilidad de destruir el objeto. El objetivo principal no es destruir al objeto, sino sacarle y adquirir todo lo bueno que tiene el objeto, a cualquier costo. Pero que hay que admitir que la voracidad destructiva transita [en el desarrollo de la mente] muy cerca de la envidia temprana maligna y tiene sus consecuencias. 

 

Tanto la <envidia temprana maligna> como la <voracidad destructiva> aparecen como mecanismos inconscientes de la mente del bebé en las situaciones en que existe <carencia de afecto> que se prolongan por muchos meses. En los tiempos difíciles de la historia de la humanidad en donde la adversidad, la guerra, la pobreza extrema, la hambruna y otro tipo de tragedias, que han ocurrido en algunas zonas habitadas del mundo, es lógico pensar que la crianza de los niños en esos grupos humanos va a estar en serias dificultades. Estas dificultades pueden ser muy variadas. Por ejemplo, dificultad para alimentarlos correctamente, dificultad para satisfacer sus necesidades afectivas y de amor, dificultad para atender sus diversas necesidades biológicas y educativas. Estos pequeños niños crecerán con <carencias afectivas> y de atención graves. Estas [Campo]carencias afectivas diversas producen un serio obstáculo para el desarrollo natural de la mente. Así se producen detenciones y fijaciones en el desarrollo de la mente de esos niños carenciados.  

 

Melanie Klein hace una diferencia entre envidia, rivalidad y celosLa envidia es oral [es simbiótica, monódica] y puede llegar a ser de tipo maligna. La rivalidad es anal, relación de objeto dependiente [diádica] implica la necesidad de control del otro. Los celos son Edípicos [es triangular] la relación de objeto es interdependientes, autónomo, tríadica. Con los celos se plantea una relación de amor cuyo objetivo es poseer el objeto amado y excluir al rival. En los celos hay una relación de tres objetos, es triangular: sujeto, objeto y el rival. Por lo tanto  corresponde a la época de la vida en que se reconocen y diferencian claramente los objetos totales.  

 

2 La carencia de alteridad 

 

Sabemos que en la primera etapa del desarrollo de la mente él bebe no discrimina el sujeto del objeto. Es decir para la mente del bebé el pecho y él son la misma cosa. A esta etapa que coincide con el periodo de amamantamiento se le llama etapa oral o también simbiótica [monádica: porque existe un solo objeto fusionado]. Esta relación de objeto se caracteriza por una simbiosis [una indiferenciación] entre el bebé y el pecho. El pecho es una metáfora de la figura de la madre. Es solo posterior al destete [8 meses] y al adquirir la capacidad de caminar [12 meses] y de movilizarse [16 meses], que la relación de objeto cambia y se convierte en anal [diádica]. Allí desarrolla una nueva capacidad. Aparece una clara discriminación entre el sujeto y el objeto. Con esta capacidad de discriminación entre el niño y el mundo: aparece lo que se ha llamado la <alteridad> [asimetría]. <Así pues la alteridad es la capacidad que tiene el sujeto de discriminarse del objeto>[Campo]. Con la alteridad aparece el <Yo soy Yo> y el <Tú eres tú> por lo tanto puede aparecer el <Yo no soy Tú>. Cuando por algún motivo en años posteriores, se pierde esta capacidad de alteridad, el sujeto pasa a no poder discriminar al otro, como un ser diferente. Aparece de nuevo la idea del <Yo soy tú[Campo]>. Es decir se ha perdido la alteridad [ha perdido la asimetría][Campo]. Esta pérdida de la alteridad es muy común: es algo natural que se establezca en los estados pasionales de amor y odio.  

 

Al no poder discriminarse el sujeto del objeto y hacer uno con el objeto,[Campo][Campo] esto va a hacer imposible que ese sujeto pueda tolerar las diferencias que usualmente existe en el otro. Sabemos que cada sujeto desarrolla en la vida, según hayan sido las identificaciones fundantes del ser, su propio sistema de valores e ideales. Cuando se pierde la alteridad y el sujeto no reconoce la validez de las diferencias, que nos presenta cada ser, no va a ser posible, que ese sujeto, sin capacidad de alteridad, pueda tolerar las diferencias del otro, ya que el sujeto y el objeto serían en ficción la misma cosa. Así aparece el racismo e igualmente aparece la intolerancia a las múltiples diferencias en la identidad y en la vida sexual y no se tolera la diversidad sexual del otro.  

 

Vale decir que el sujeto intolerante no acepta la diferencia que hay en el otro porque al perder la alteridad las siente como suyas. Por lo tanto no puede tolerar al otro diferente. Inevitablemente tiene que lidiar con el empuje natural a eliminar y destruir al otro. Al contrario, las personas que si pueden mantener su capacidad adquirida de discriminarse del objeto [presencia de la alteridad, de la asimetría][Campo] esos sujetos si pueden entonces reconocerse a sí mismas como diferentes del otro. En esos casos, la presencia de la diferencia que muestra el otro, no constituye una amenaza a sus ideales, ya que en la discriminación se plantea el <Yo soy Yo[Campo]> y el <Tú eres Tú[Campo]>. Estas personas pueden desarrollar a plenitud: <la tolerancia a la diferencia[Campo] con el otro>. 

 

 

Algo más sobre el problema del origen de la maldad 

 

El niño continúa creciendo corporalmente y también se desarrollan normalmente ciertas funciones cognitivas de su psique, pero queda detenido en un funcionamiento narcisista[Campo] de su aparato mental, con predominio de una relación de objeto <fusional simbiótico> que no permite la capacidad de alteridad. Este es un problema gravísimo. Esa inmensa cantidad de niños, futuros adultos, que pueden pertenecer a cualquier clase social, no alcanzan la alteridad  y van a padecer las consecuencias de la <relación de objeto fusional> en donde la regla es: el <Yo soy Tú> y <Tu eres Yo>. No podrán tolerar la diferencia que les presenta el otro,[Campo] no podrán tener tolerancia con los ideales del otro. Sus propios ideales impiden la existencia de los ideales del otro. Aparece a plenitud y con todas sus consecuencias: el fenómeno de la intolerancia del ser5 

 

Maniqueísmo como una forma clínica  

 

El Maniqueísmo[Campo] fue un movimiento filosófico religioso mesopotámico fundado por el profeta Mahní en los comienzos de la era cristiana. Esta filosofía religiosa propone en forma estricta y rigurosa, la distinción de dos principios opuestos: lo divino [que representa a lo bueno][Campo] y lo diabólico[Campo] [que representa a lo malo]. Esta filosofía dualista propone que en los orígenes del mundo una catástrofe cósmica misteriosa produjo en los humanos una mezcla del bien y del mal[Campo]. Desde entonces estos dos principios pasan a coexistir mezclados en cada ser humano. El ser humano que desee ser bueno, tendría que restaurar la separación original de los dos principios y quedar solo con la pureza del bien. Para lograr este objetivo purificador la persona debe proceder a expulsar el mal[Campo] que habita en él. Debe deshacerse del mal propio y tiene que expulsarlo de sí mismo.6  

 

Esta necesidad de la expulsión del mal será ejecutada utilizando un mecanismo mental básico que esta normalmente presente en los inicios de la vida psíquica. Recibe el nombre de <proyección> complementario al mecanismo básico de la <introyección>. Esta expulsión se hace con lo que se cree, es lo malo propio. Esto se ejecuta en <la representación mental> que cada sujeto tiene del otro, produciendo el consecuente rechazo pasional al otro, quien pasa a ser el depositario de lo malo propio proyectado[Campo]. Como tal, este otro malvado debe ser alejado y preferiblemente destruido.  

 

Esta filosofía maniquea[Campo] utilizada por líderes narcisistas tuvo una presencia atroz y destructiva con notable expansión geográfica en todo el mundo conocido. Su expansión y presencia duró más de mil quinientos años.7 Los combatientes eran sujetos narcisistas fácilmente influidos por los líderes para exterminar a los que piensen diferente. La crueldad aterradora facilita la victoria militar sobre grupos humanos más evolucionados, pero menos asesinos. A comienzos del siglo veinte hubo una reinstalación del uso de estas ideas teológicas filosóficas maniqueas. Los gobernantes de turno con intereses geográficos expansionistas se apropiaban y explotaban esta doctrina, que practicada en forma estricta e inflexible lleva al ser humano hacia a la instalación de la intolerancia y al rechazo de las diferencias[Campo], que le permite ejecutar acciones bélicas genocidas.  

 

Algunos antropólogos piensan que el hecho de haber encontrado hace cien años textos antiguos originales maniqueos en el Turquestán, China y Egipto, ha contribuido actualmente a su re-nacer y a su nueva utilización religiosa en la política radical actual. La verdad es que los movimientos radicales fundamentalistas maniqueos han producido efectos culturales y políticos visibles hoy en día. Solo necesitamos revisar la ideología del estado islámico <ISIS> y de Al-Quaeda para ver con horror los efectos que esta intolerancia religiosa y social tiene en la región del medio oriente de hoy en día. 8  

 

En lo personal y desde el punto de vista del Psicoanálisis pienso que la reinstalación del maniqueísmo [ISIS de hoy día] no se debe a los documentos maniqueos encontrados, sino que se debe a otra razón.  

 

Esta otra razón es la siguiente: Pienso que se debe a la detención del desarrollo mental en un nivel narcisista [sin alteridad] de las nuevas generaciones de niños. Esta detención del desarrollo mental es provocada por <las carencias afectivas> que ocurre en los niños pequeños. Que a su vez es provocada por el exceso de población que lleva a las carencias afectivas y alimentarias. Cuando el exceso de población se hace inmanejable se producen generaciones de niños mal alimentados, mal atendidos en sus necesidades afectivas[Campo] y biológicas y por lo tanto crecen con grandes <carencias afectivas>. Estas carencias afectivas[Campo] los llevan a una detención del desarrollo de su aparato mental, quedando con un funcionamiento mental narcisista en donde la proyección permanente del malestar[Campo] [en la representación mental de la figura del otro] se hace inevitable.9  

 

Estos son seres que tienen una naturaleza espontánea y natural <narcisista maniquea>[Campo]. Es decir su forma de ser no se explica por ser víctimas de un proselitismo o adoctrinamiento religioso o político. Se explica porque estos niños, futuros adultos <son sujetos narcisistas maniqueos>[Campo] por las circunstancias de su crianza. Propongo que las carencias se explican por la explosión demográfica. Este exceso de población puede llevarlos a migrar a diversos sitios que aparentemente ofrecen una vida mejor, sin embargo, terminan en campos de refugiados, donde son hacinados en inadecuadas condiciones de vida. A veces peor de las que tenían antes.  

 

En las populosas <súper-ciudades> que existen en los cinco continentes, estos seres narcisistas maniqueos habitan en zonas urbanas muy pobres y desorganizadas, como las favelas, los ranchos o los slums. A veces por razón de Tsunamis, deslaves, volcanes en erupción, guerras y terremotos, estos niños son transferidos a nuevas áreas de refugios en donde encuentran condiciones peores de hacinamiento y múltiples carencias que incluyen las necesidades afectivas. Así pues propongo que debido a esta explosión demográfica y sus consecuentes carencias afectivas, el <lumpen-proletariat>10[Campo] de hoy día está constituido en su mayoría por seres narcisistas maniqueos[Campo].  

 

Ahora bien, estos seres narcisistas maniqueos constitutivos del <lumpen-proletariat> que en ciertos países y comunidades constituyen la mayoría de la población, pueden ser utilizados con fines religiosos o fines políticos, para desatar un exterminio[Campo] [genocidio] de los que piensan diferente[Campo] y que según ellos son los representantes del mal en este mundo[Campo]. Eso ya lo vimos ocurrir durante los quinientos años que duraron ‘Las Cruzadas’ con el grito maniqueo[Campo] del Rescate del Santo Sepulcro [Campo]11.  O más recientemente con el grito maniqueo de la Limpieza étnica[Campo] de Adolfo Hitler [Campo]12 en Alemania, de Slobodan Milosevic 13 en Serbia y el caso del exterminio étnico en Ruanda [Campo]14. Solo por mencionar unos cuantos casos conocidos y enjuiciados públicamente. También podría incluir otros casos denunciados por estudiosos de la historia, como son las persecuciones y el exterminio soviético maniqueo de Joseph Stalin, quien utilizó los fusilamientos clandestinos en masa en los campos de la muerte, en la zona soviética, justo al terminar la segunda guerra mundial en la frontera con Polonia.15 Con iguales fines de exterminio maniqueo también utilizó el ya existente sistema de prisiones siberiano llamado GULAG[Campo].16 Puedo igual mencionar el exterminio maniqueo de las matanzas en masa chinas durante la revolución cultural de Mao.17 Igual podría incluir el exterminio maniqueo de la conquista de América del norte y de América del Sur en manos de los conquistadores y colonizadores. Podría también incluir el terrible exterminio maniqueo del Pol-Pot[Campo] en Cambodia con sus Killing fields [Campos de la muerte].18 Y muchas otras más que se encuentran en pleno desarrollo bajo la excusa maniquea del exterminio del mal. Considero que cualquier persona que tenga entusiasmo y promueva la guerra posee una estructura mental <narcisista maniquea> en donde <los portadores del mal> siempre están colocados afuera de sí mismos. Antes de terminar este acápite no puedo dejar de mencionar el grito maniqueo fanático actual de ‘Patria, socialismo o muerte’ que se escucha en  Latinoamérica de hoy día en pleno siglo 21, desde Cuba y Venezuela, hasta la Patagonia y que pretende excluir [eliminar] con medios autoritarios y destructivos que incluye la muerte, al resto de una población que piensa y tiene una ideología diferente a la ideología comunista. El mensaje es claro: un solo líder, una sola ideología y un solo medio de comunicación masiva. Los que no estén de acuerdo y piensen diferente serán exterminados. 

 

El Fanatismo como una forma clínica  

 

El fanatismo es una forma clínica de la intolerancia del ser y por lo tanto está fundamentado en el mismo origen de la imposibilidad de mantener la alteridad. El sujeto fanático no discrimina entre sus ideales y la realidad diferente que le ofrece el mundo. Para el fanático ambas cosas son lo mismo. Su mente se encuentra en fusión o simbiosis, con la representación mental del otro. Es donde opera el <Yo soy Tú>. Por lo tanto no puede tolerar las diferencias ideológicas[Campo] que el otro inevitablemente le presenta, ya que esas diferencias serian intolerables para los propios ideales. Esta intolerancia lo lleva al acto y tiene que proceder a destruir a ese otro diferente. Los fanáticos son seres intolerantes, que respetan y aman a sus propios ideales, pero al estar en fusión con la representación mental del otro, no pueden tolerar los ideales diferentes del otro a los cuales inevitablemente hay que destruir. 19  

 

Los fanáticos están muy cerca de los héroes[Campo], pero no importa lo cerca que estén, desde el punto de vista teórico psicoanalítico: son seres diferentes. El héroe[Campo] tiene respeto y amor por sus ideales, igual que el fanático. El sujeto se hace héroe cuando está dispuesto a morir por sus propios ideales. El héroe dice: ‘muero por mis ideales’. El fanático[Campo] en cambio al no tolerar las diferencias, mata al otro, por sus propios ideales. Así pues el fanático dice: ‘te mato por mis ideales’. Un ejemplo conocido y común lo encontramos en el racismo y en las prácticas violentas del Ku-Klux-Klan20. Las miles de personas que sienten cercanía con estos grupos o con los grupos Neo-nazis, son personas con un aparato mental narcisista maniqueo[Campo] con serias dificultades para la alteridad. En nombre del amor a sus ideales, el fanático puede actuar con odio[Campo] y operar con violencia hacia el ‘sujeto diferente’ y someterlo por vía del terror y del crimen. El fanatismo defiende el amor a una idea,[Campo] a sus ideales propios y cuando logra acceder al poder político, instrumenta en nombre de sus ideales y de la patria, los más diversos modos de discriminación, muerte y rechazo al otro diferente, los cuales le son intolerables. Por eso es inevitable que los disidentes sean vistos, no como adversarios, sino como enemigos, ya que ellos constituyen un otro intolerable[Campo], al cual hay que inevitablemente rechazar y preferiblemente destruir y aniquilar. 

 

El fundamentalismo como una forma clínica  

 

El fundamentalismo[Campo] igualmente se sostiene en la intolerancia del ser. Su origen igualmente se encuentra en el narcisismo maniqueo y la dificultad del Ser para sostener la alteridad. Existe una diferencia teórica psicoanalítica entre el fanático y el fundamentalista[Campo]. El fanático puede actuar y existir solo. El fanático es un narcisista maniqueo que no tolera la diferencia con sus ideales. Así el fanático racista, sigue siendo un fanático racista, aún cuando este solo. El fundamentalista es diferente, es un narcisista maniqueo con sus propios ideales, pero que tiene un defecto estructural adicional[Campo]. Tiene una carencia adicional relativa al nombre del padre [la metáfora paterna]. Esta carencia específica se alivia con una suplencia,  un tapón, una especie de ortopedia psíquica que obtura la falta y que le da coherencia a su existir. Esa suplencia [tapón] tiene el efecto de unir los tres órdenes psíquicos [RSI] y así permitir su funcionamiento mental.  

 

En el sujeto fundamentalista esta suplencia tiene que ver con sus ideales, los cuales tienen que ser compartidos con un grupo y sobre todo con un líder. Aparece así un fenómeno que es cercano a la Fe. La admiración y la creencia ciega en el líder adquieren en el ser fundamentalista característica de Fe: esa es la suplencia para el creyente. Esta Fe es del orden de la identificación. El sujeto fundamentalista esta en fusión[Campo], en simbiosis, no solo con sus ideales, sino también con la persona de su líder y en extensión con el grupo fanático. El amor extremo a sus ideales y a su líder lo puede llevar a la violencia extrema. Este fundamentalista es capaz de morir a voluntad, de suicidarse. Es capaz de morir con tal de realizar un acto de limpieza homicida múltiple, un acto con la intención de matar a todos los enemigos posibles que naturalmente son los  depositarios del mal [es decir, los que son diferentes]. Estos seres fundamentalistas, narcisistas maniqueos, son los candidatos a ser bombas humanas suicidas, desgraciadamente tan frecuentes hoy día,  en el oriente medio.21 

 

7 La carencia afectiva 

 

La carencia afectiva refiere a <las deficiencias o la ausencia de los cuidados maternos apropiados en la temprana infancia>. La madre y el padre por razones diversas de la vida, que son originadas por diversas dificultades y tragedias de la vida, pueden verse obligados a descuidar el cuidado de sus bebes y de sus niños pequeños. La consecuencia es que estos bebes y estos niños pequeños carenciados van a sufrir de falta amor, falta de protección, de continencia adecuada en la angustia y de adecuada alimentación. Es decir sufren de abandono parental.   

 

La separación de los padres de sus hijos [con o sin razón] inevitablemente va a producir algún tipo de trauma en él niño muy pequeño, tal como aparece en el film de los esposos Robertson en Londres.22 La separación produce una dificultad emocional en ellos. Los niños separados de sus padres o abandonados, comienzan a mostrar los efectos de la separación y pérdida: aparece el sentimiento de soledad y tristeza, la dificultad para relacionarse con los otros, aparecen enfermedades psicosomáticas inflamatorias, pérdida del apetito, aparece la desnutrición y generalmente son víctimas de diversos tipos de maltratos. Los efectos de la carencia de amor y afectiva va a durar toda la vida. 

Rene Spitz psicoanalista en Viena y luego en su trabajo de investigación en Nueva York23, los esposos Robertson en Londres24, el investigador medico Harry Harlow en Nueva York25 y el Pediatra Psicoanalista Donald Winnicott en Londres26 y el psicoanalista John Bowlby también en Londres27 todos ellos han estudiado la construcción del apego del bebé a su madre y los efectos de la pérdida del objeto de apego. El apego, la separación y las pérdidas del objeto de amor o el objeto de apego, son cruciales en el desarrollo de la mente del bebé.  

Como dije al comienzo de este acápite, la <carencia afectiva> que ocurre en los bebés o en los niños pequeños, cuando la separación de sus cuidadores o sus padres se prologa más de seis meses, va a producir efectos irreversibles en la mente del pequeño niño. Uno de los efectos es la aparición de la <envidio temprana maligna> y el otro efecto es la fijación a una particular forma de relacionarse con el otro: Quiero decir, se mantiene un tipo de relación de objeto simbiótica, con usencia de la capacidad de discriminación. Es decir con ausencia de <la alteridad del ser>. Estas dos efectos son irreversibles y son la causa de la aparición de una especial capacidad para desarrollar <la maldad extrema>. 

 

 

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Un comentario “¿QUE ES LA MALDAD Y CUAL ES SU ORIGEN? Rómulo Lander [Caracas, 2017] 

  1. Marielisa Pacheco Montilla

    Gracias Dr, Lander, Estupenda y clara explicación.

    ¿Cómo se puede domesticar con éxito la capacidad destructiva de la pulsión?

    Saludos cordiales

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