Sociedad Psicoanalítica de Caracas

BLOCK DEL ANALISTA/ EL TELESCOPAJE DE LAS ESTRUCTURAS CLINICAS. INDALECIO FERNÁNDEZ¹

El “telescopaje o interpenetración” implica la inclusión de unos objetos en otro. Aquí nos referiremos al “Telescopaje o Interpenetración” de las categorías clínicas.

Si bien “lo transgeneracional” plantea que se puede heredar  patologías médicas en las generaciones subsiguientes, también las manifestaciones psicológicas pueden a expresarse al modo de una ‘puesta en acto’, en generaciones posteriores. Es de primer orden determinar que precipita estas manifestaciones Médico y/o Psicológicas.  Haydée Faimberg: ha sido un referente en el estudio del “telescopaje de generaciones”, (1985). Que acontecimiento dentro de la vida psíquica o somática o de ambas precipitan el desencadenamiento, Nos preguntamos porque, ¿Por qué ahora y no después?, lo referentes son múltiples. Pueden ser circunstancias que obedecen al mundo somático que tienen bases explicativas propias y las referidas al entorno que implicarían a personas, situaciones o cosas o  ambas circunstancias estarían implicadas como es nuestra  creencia,” no  hay referencia psíquica que no redunde sobre lo somático y visceversa. Hay que dilucidar en lo posible que o cuales “acontecimientos” lo precipitan. Lo que será motivo de otro trabajo en profundización.

Como dije anteriormente me referiré a “el telescopaje o interpenetración” de las estructuras clínicas”. Para esto tenemos que tener presente la configuración de las categorías psicopatológicas, que tanto la psiquiatría clásica como el psicoanálisis, han definido como unidades en sí mismas, considerándolas categorías universales.  Si bien existe un elemento básico en las categorías psíquicas, este es objeto de permutaciones o resignificaciones dependiendo de la manera que se combinen o se articulen.  Así los cuadros psicopatológicos pueden deslizarse imperceptiblemente de unos a otros en la medida en que van variando las articulaciones entre sus componentes. Articulación de los componentes que no obedecen a propiedades a-históricas. Estos nos hace pensar que si debemos hablar de estructuras a secas inamovibles o de trastastornos que producen otras variables que configurarán el “caso por caso”.

Muchos psiquiatras y psicoanalistas se ciñen a este pensamiento simplificante de las categorías clínicas, otros consideran la existencia de “las corrientes psíquicas” (Maldavsky, D. 1992), “los sistemas modulares”, (Bleichmar, H. 1997), “los espacios psíquicos” (Fernández, I. 2016), Que  se producen mediante procesos que se van encadenando en redes seriales y en paralelo procesos, en los que mediante transformaciones se crean nuevas propiedades, que han sido objeto de resignificaciones en el decurso de la vida.  Sin que haya jamás  una vuelta exacta a lo mismo, el azar y las circunstancias actúan sobre el llamado universal categorial, haciendo transformaciones que conducen a  la forma particular de cada quién y a la singularidad del caso por caso.

¿Que motiva este telescopaje transgeneracional y/o el telescopaje de las categorías clínicas?, esto nos lleva a pesquisar cual fue el acontecimiento que motivó esta interpenetración. Comprender cómo estos sistemas motivacionales, acontecen y emergen interrelacionandose y cuáles tienen una posición de primer orden o no, durante qué condiciones y en qué momento del transcurso de la vida, nos llevará a entender el telescopaje transgeneracional y/o el telescopaje de las categorías clínicas. Hasta aquí un adelanto sobre ese aspecto.

Al referirnos a estructuras lo entiendo, como que en ellas hay 3 niveles representativos.  En primer término lo universal de ella que  sería lo fenomenológico, que atañe a una constelación de personas, pero estas se pueden reducir a grupos con particularidades en común de accionar sus elementos, lo que se se da dentro de la singularidad de cada quién. Esto hace que cada ser humano si bien  porta una estructura que le es propia, insistimos que cada quién tiene una categorización que le es singular.

Lo que hace el telescopaje es que estos espacios psíquicos o módulos a que hemos hecho referencia, se articulan por diversos motivos y produzcan variantes o subcategorías que constituyen unidades más complejas.  El Psicoanálisis ha planteado el concepto de fase, registros, predominio Narcisista(N) y/o Edìpico (E)….entre otras, donde existe una Interpenetración o Telescopaje  entre ellas que nos llevan a plantearnos, por qué el peso de una sobre otras  y por qué se interpenetran o articulan y que lo determina.

Parto de la idea de que el ser humano es una unidad Psico-Somática, regidos por lógicas distintas que interactúan entre sí, la lógica psíquica organiza, el orden psicológico y la lógica orgánica el orden somático. Estas lógicas no dejan de interactuar entre ellas, refiriendo una a la otra, lo que produce conjunciones o disyunciones, dentro de una imbricación, en constante interacción, repercutiendo una sobre la otra.  Así el cuerpo y el aparato psíquico, interactúan en la  configuración de los cuadros psicopatológicos. Los que resultan de la articulación e interacción de múltiples elementos constituyentes, qué configurarán el conjunto total, que es lo psicosomático, esto lleva a la configuración de lo que llamo “EL SER”,  es así el “ser”, es esta unidad psicosomática. Nada que acontezca al Ser humano deja de tener una respuesta Psico-Somática. Aquí se nos da el plantearnos unas reformulaciones sobre lo desarrollado por la escuela Psicosomática de París. También motivo de otro desarrollo.

El Ser sería la unidad inicial que ciñe todo ser humano, que es ser una unidad psicosamática, con sus lógicas pertinentes.

El SER constituye la unidad originaria principal y es figura de primer orden desde los inicios. Las operatorias que se dan constituyen actos o pasos, que actúan en los más diverso puntos de “articulación, giro o intercesión” entre una y otras dimensiones de lo psíquico y lo somático.

Son las configuraciones de estos elementos, las que se van articulando dentro de un conjunto, produciendo las categorías clínicas. Es en este sentido de articulación de dimensiones psicosomáticas, que subyacen a las distintas formaciones sintomatológicas en lo fenoménico, como el ser humano va articulando y desplazando hacia nuevas configuraciones nosológicas y de la personalidad. Algo en constante transformación, abierto por un lado a lo corporal neurobiológico y a lo relacional intra, inter y transubjetivo.

Por lo que debemos considerar a lo psicosomático, como una estructura articulada, donde se deben ir delimitando, las dimensiones o parámetros objetos de examen, teniendo en cuenta  los múltiples sistemas motivacionales o deseos, que en su inter-juego ponen en movimiento, la actividad psicosomática o la frenan, además hay que considerar las funciones de compensación o limitación que el otro significativo desempeña en la constitución del “Ser”.

Hay una circulación, permanente que produce articulaciones que generan transformaciones y desplazamientos de una estructura psíquica a otra, pero teniendo siempre presente “la unidad referencial originaria” que no es otra que el ser psicosomático. En la cadena etiológica hay que tener presente lo transcultural hereditario y  sus razones, el entorno y la relación con la madre gestante desde la concepción, los vínculos tempranos y posteriores, los acontecimientos físicos y otros aspectos, pero lo importante no será ningún elemento por sí mismo, sino por el lugar y efectos que produzcan en el conjunto. De allí que las distintas dimensiones de lo psicosomático y sus circunstancias, se articulan y combinan originando un entramado que en algunos puntos forman nudo, límites o articulaciones, que estabilizarán o desestabilizarán a los cuadros clínicos o formaciones de la personalidad de los pacientes. Sólo con que cambie una variable en uno de estos conjuntos se podrá ir pasando de un cuadro nosológico a otro o bien se constituyen sub-categorias inherentes a cada quién.

También al producirse una estabilización por anudarse un elemento, esto no constituye una estaticidad, ya que este nudo o grapa no se produce sin consecuencias. El que se constituya un nudo no hace este espacio psíquico, módulo o registro, permanezca invariable porque los otros elementos de lo psicosomático se verán afectados, produciéndose un reordenamiento o una permutación, en el continuo devenir del paso del tiempo. El “paso del tiempo” produce una resignificación de las configuraciones y con ello un abordaje terapéutico distinto en cada momento de la vida. Las categorías monocordes o universales, no consideran las subcategorías singulares que el devenir del tiempo y las circunstancias plantean.

La configuración Psico-Somática requiere de una comprensión de su construcción y/o desconstrucción y de su consiguiente abordaje. Hay que buscar la génesis de los trastornos mentales pensando en múltiples componente en permanente proceso de articulación y telescopaje o interpenetración.  La clínica plantea la (re) construcción a posteriori con otra(s) generación (es) precedente (s), y con el telescopaje de categorías clínicas y sus determinaciones. La consideración del telescopaje, nos lleva a ver porque determinados acontecimientos organizan  manifestaciones cambiantes, donde sus expresiones llevan a configuraciones distintas a las anteriores.

Lo que se busca es describir los diferentes cuadros psicopatológicos y sus subtipos como el resultado del telescopaje de sus componentes, cada uno de ellos con su historia generativa y describir las transformaciones de estos componentes en el proceso de articulación.  Esto abre a considerar múltiples vías por la que se generan diferentes cuadros o trastornos clínicos psicopatológicos, lo que nos lleva a nuevas y diversas posibilidades diagnósticas y de abordaje terapéutico.

BIBLIOGRAFIA:

Bleichmar, H. (1997). “Avances en Psicoterapia Psicoanalítica: Hacia una técnica de intervenciones específicas”. Editorial: Paidos Ibérica. 1997. Barcelona.

Faimberg, Haydée. (2006): “El telescopaje de generaciones. A la escucha de los lazos narcisistas entre generaciones”. Amorrortu editores. 2006. Buenos Aires.

Faimberg, H. (1985): “El telescopaje de las generaciones”. En Transmisión de la vida psíquica entre generaciones, Amorrortu editores. 1985. Buenos Aires.

Fernández, I. (2016): “El Abordaje Terapéutico de los Espacios Psíquicos”. En: reflexiones psicoanalíticaswordpress.com  Asturias 2016.

Maldavsky, D. (1992): “Teoría y clínica de los procesos tóxicos”, Amorrortu editores, 1992, Buenos Aires.

 

¹Dr. Indalecio Fernández Torres. Médico-Psiquiatra-Psicoanalista.

Miembro Titular de la IPA, FEPAL y Sociedad Psicoanalítica de Caracas.

Miembro Invitado de la Sociedad Psicoanalítica de Madrid.

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