Sociedad Psicoanalítica de Caracas

Cinepsicoanálisis: Pobres Criaturas

CINEPSICOANÁLISIS
Marzo 2024
“POBRES CRIATURAS” 2023
“Poor things”
Director: Yorgos Lanthimos.
Actores: Emma Stone. Willen Dafoe. Mark Ruffalo
Bella Baxter, joven revivida por el extraño Dr Golwin Baxter, se escapa con el abogado Duncan, en una exótica aventura a través de continentes.
11 nominaciones al Óscar y los principales premios
Panel:
Lizette Nava. Filosofía
Doris Berlín. Analista SPC
Moderador: Claudia Arias.
Sábado 23 marzo. Cines Paseo Trasnocho Cultural
Soc Psicoanalítica de Caracas

Presentación de Doris Berlin:

Una nueva oportunidad para Bella Baxter.

Comentarios  sobre la película:  “Pobres criaturas”

 

Agradezco la invitación a comentar la película: “Pobres Criaturas”, ya que me hizo verla más de una vez. La primera vez la encontré fuerte en sus contrastes, personas y animales descerebrados, la música un tanto siniestra a la par de un vestuario y una escenografía hermosos y sofisticados.

Así como  en Pobres Criaturas a algunos humanos se le ven las cicatrices producto de intervenciones médicas y los animales  vienen siendo híbridos, de ese mismo modo la película está construida como en trozos de un rompecabezas que no sigue una progresión lineal.  Me parece que podría ser esclarecedor que yo reuniera los fragmentos del guion el cual solo queda claro al final de la película, lo hago a modo de introducción de lo que les voy a comentar.

Victoria Blessington se suicida lanzándose por el puente de Londres y un cirujano investigador, la revive instalándole el cerebro del bebe que lleva en su vientre, dando lugar a Bella Baxter, un experimento de cuyo desarrollo desde la temprana infancia hacia la adultez trata la película.

Hay cuatro personajes masculinos que giran alrededor de Bella. A mi como psicoanalista me parece que pueden entenderse como vínculos distintos que la mujer podría tener con el hombre a lo largo de su vida

El científico que la crea, Godwin Baxter, a quien ella llama God (Dios), me parece que representa la relación con el padre. Para los niños pequeños, sus padres lo representan todo. Son Dios. God es un padre muy particular, la deja ser totalmente libre no le impone ningún límite, salvo el tabú del incesto entre los dos. La prohibición del incesto es necesaria (se ve cuando Bella le pide que se quede a dormir en su cama y God se niega) porque God admite (cuando Max le pregunta si no había creado a Bella para su propia satisfacción) que ciertamente tiene sentimientos sexuales hacia su hija pero que los sentimientos paternales son mayores.

El estudiante de medicina, Max Mc Candles, es   un hombre correcto, la quiere proteger y cuidar, sin embargo, la aprisiona ya que   junto con God, la hace firmar que vivirán en casa del padre, de modo que ambos puedan seguir monitoreando los resultados de su experimento. Me parece que personifica la idea que tiene la mujer muy joven del matrimonio, el deseo de protección y estabilidad.

Duncan Wederburn, el hombre aventurero y libertino, que la salva de casarse con Max, la inicia en la sexualidad   gozosa de la adultez, tiene hacia Bella   un primer abordaje de “macho duro “advirtiéndole que a ella no le conviene enamorarse   de el sin embargo al cabo del tiempo y constatando que   es una mujer libre que para nada   desea atraparlo, se enamora perdidamente de ella y con deseos de controlarla.   Es un seductor encantado del ímpetu sexual de Bella pero que a la primera decepción   no vacila en llamarla prostituta

El esposo de Victoria, Alfie Blessington, que retorna del pasado el día en que la protagonista   está a punto de contraer su segundo matrimonio, ella no se acuerda quien es y se va con él por curiosidad, para luego constatar que Alfie planifica hacer una mutilación genital   que permita tenerla presa para siempre.

A excepción del padre que, aunque la quiere para sus investigaciones finalmente se convence de dejarla en libertad, Bella vive cada uno de estos vínculos con los hombres como atrapantes, cada uno desea encerrarla, de modo que ella se rebela y los va dejando a todos.

La película comienza con el suicidio de Victoria y esto ya nos proporciona una clave importante para entenderla. ¿Porque se suicida Victoria? se suicida porque rechaza su embarazo. Es una mujer que no quiere tener hijos. No quiere perder su autonomía y menos estar a la merced de su esposo sádico y controlador.

Una línea psicoanalítica que aparece muy claramente es el desarrollo de la mujer desde la infancia a la adultez. La película nos muestra el progreso de la protagonista    en las distintas áreas, la motricidad, de ser un bebe muy torpe al caminar, pasando por dar brincos hasta la posibilidad de bailar en forma acoplada con una pareja. El lenguaje va desde los monosílabos hasta el uso de una expresión verbal más rica, producto de las lecturas y los vínculos que se van diversificando. Pero lo que se muestra de modo impactante es el desarrollo de la sexualidad primero la fase oral, todo lo conoce a través de su boca, hasta   la adolescente que se descubre sexualmente, primero con su propio cuerpo y luego a través de los distintos amantes Sexualidad intensa, nada inhibida, porque no tiene barreras   que la dificulten.  A la par del desarrollo físico también se desarrolla intelectualmente, con los estudios, la filosofía, los viajes alrededor del mundo y el contacto con el dolor social.

Sus sentimientos se complejizan a partir de estas experiencias, poco a poco deja de ser la niña que busca solamente el placer. En un momento de escasez de recursos económicos experimenta con la prostitución e incluso las relaciones lésbicas, con un gran deseo de aprender. Desde el punto de vista de Bella, la prostitución es un medio de subsistencia, aunque al inicio también la encara como lo hace con todo, con curiosidad.

Luego se le ve menos divertida, constatando lo violento y aburrido que puede resultar ese oficio. Sin embargo, inventa una forma de hacerla llevar de modo menos mecánico y mas humano que es que los clientes en el preámbulo al sexo, deben contar una historia y ella un chiste. Esto me parece utópico y poco probable, que se puedan desplegar técnicas para que la prostitución sea más llevadera, sin embargo, creo que remite a otra cosa diferente a la prostitución, es decir, la evolución de la sexualidad la cual contempla la posibilidad de inclusión de la fantasía.

La película puede verse como una puesta en escena de una ilusión   acerca de cómo sería la vida de una mujer de no estar ella sujeta a las represiones sexuales, a las consideraciones sobre lo apropiado de los comportamientos y a la obligación moral de tener que ocuparse de cuidar a los demás. Como bien lo han planteado algunas psicoanalistas feministas, por ej.: Emilse Bleichmar en:” El feminismo espontaneo de la histeria” (1985) la mujer dentro de la cultura queda atrapada dentro de exigencias contradictorias, por un lado, se le pide estar bien arreglada, seductora y excitante, y la vez se le pide que sea comedida, guardiana de los vínculos, es criticada si es demasiado sexy o prioriza sus deseos.

El conflicto entre los deseos y las presiones morales genera   síntomas, uno de esos síntomas puede ser   que la mujer proteste ante todo intento de ser sometida. En la película Bella es un personaje que no responde a las presiones de los demás y sin embargo, a partir de sus propias experiencias de vida ella se forma su propio código moral, es capaz de escoger   lo que no quiere (por ej.  desecha a Duncan el libertino) y al final de su travesía elige lo que, si quiere, que viene siendo curiosamente el matrimonio y es nada más y nada menos que casarse con el hombre que le había destinado su padre.  Lo que es utópico, es decir, poco probable es que las personas sean inmunes a las presiones sociales y se autodeterminen completamente.

La película dista mucho de ser un cuento de hadas. Hay personajes verdaderamente malévolos, como el padre de Godwin, que le ha dejado el cuerpo lleno de grietas y cicatrices por todos los experimentos que ha practicado en él, y el esposo de Victoria que, con el propósito de controlarla, está dispuesto a someterla a una operación que la limite en su posibilidad de placer.

Asimismo, podría decirse que Bella Baxter encarna un fantasma masculino por excelencia, sobre la mujer desinhibida, sexualmente muy activa y siempre deseosa de tener relaciones sexuales.

El otro tema psicoanalítico interesante es de donde   surge la pretensión de generar vida. Ese tema, vigente en la actualidad en la cual hay empresas registradas en Japón y Estados Unidos que experimentan con hacer retornar a la vida animales o personas muertas, es en realidad un tema muy antiguo. Aparece en esta novela de Alisdair Gray de1992, Pobres Criaturas, que a su vez está inspirada en la novela de Frankenstein de Mary Shelley publicada en 1822.

En Psicoanálisis el tema de Frankenstein tiene numerosas referencias y aparece generalmente relacionado con pérdidas de embarazos y duelos. De allí que se me ocurrió más bien revisar un poco sobre la autora de la novela “Frankenstein o el Divino Prometeo” de Mary Shelley,

Me pareció muy llamativo que tanto  la autora de Frankenstein como su  madre, la famosa  filosofa y feminista  Mary Wollstonecratf, quien escribió “Defensa de los derechos de la mujer,” tienen ambas una historia de duelo y pérdidas en sus embarazos.  Wollstonecraft, con una vida amorosa infeliz, se enamoró de un hombre casado con quien tuvo una hija y luego él se separó de ella. Más tarde, con una segunda pareja que si se casó con ella, nació una segunda hija que fue Mary Shelley, sin embargo 11 días después, falleció por una infección producida en el parto.  El marido de Wollstonecraft   se vuelve a casar y visto que su esposa no se llevaba bien con Mary, la envían a Escocia, lo cual es vivido como un rechazo por parte de su padre. En la adolescencia de Mary, a sus 16 años, sucede otra crisis: Ella se enamora de un filósofo quien deja a su esposa   para luego casarse con ella, lo cual da lugar a un nuevo rechazo por parte del padre. En su matrimonio, Mary Shelley pierde sus tres primeros embarazos, sobreviviendo solamente el cuarto hijo, de modo que la vida de la autora de Frankenstein o el divino Prometeo estaba signada por el duelo, y el rechazo de su padre.

Vemos aquí que continua la misma temática de pérdidas del cineasta Yorgos Lanthimos desde la película “La Favorita”, donde el personaje principal es Ana de Inglaterra con sus dieciséis embarazos y quince perdidas, deprimida, jugando con un montón de conejos y sin posibilidad alguna de elaborar el duelo.

Aquí en esta película los duelos parecen tener una salida más optimista. Bella abandona al esposo, a Duncan, sobrelleva la muerte de su padre, se casa con Max y escoge estudiar Medicina, terminando por ser una investigadora como su padre adoptivo y como los padres biológicos a quienes nunca conoció. Estos padres existen desde un relato que inventó God, historia  aunque falsa, le proporciona a Bella un ideal valorado que le permite construirse: ella es hija de investigadores que fallecieron en un viaje de exploración al Perú.

El deseo de revivir a un familiar amado, particularmente a un padre, madre o a un hijo que ha fallecido es algo que vemos muy frecuentemente. Aparece en los sueños en el fantasear consciente de aquellos que están atravesando un duelo, como un proceso normal y completamente comprensible

Hay una diferencia radical entre Frankenstein de la novela de Mary Shelley y Bella Baxter, protagonista de la novela “Pobres Criaturas”, de Alisdair Gray. Ambas son criaturas creadas por la ciencia. Bella es una mujer que fue criada con amor y  no desea hacer daño. Es verdad que ella le asesta unos cuchillazos a un cadáver, pero es parecido al juego de los niños que cortan los peces que han pescado o los animales que se encuentran en el jardín No hay un deseo de destruir, mientras que Frankenstein siente odio por el rechazo del cual ha sido objeto por parte de su padre y ese odio lo convierte en asesino, para terminar, acabando con varias personas y consigo mismo.

La historia de Bella Baxter cuenta como se fue rescatando de quienes intentaron controlar su vida, pero eso no la transforma en un monstruo que quiere dominar a los hombres o hacerle daño a los demás.  Da la impresión  que Yorgos Lanthimos, el director de la película, así como el autor de la novela Pobres Criaturas Alisdair Gray se han inspirado  en la frase de Mary Wollstoncraft en 1797:

“No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres sino sobre ellas mismas.”

Doris Berlin.

 

Presentación de la Profesora Lizette Nava (Filosofía)

Cine-foro sobre la película “Pobres criaturas”

(“Poor Things”, 2023)

 

Desde el momento que uno empieza a ver esta película, su estética —el cambio de escenas de colores vívidos a escenas en blanco y negro, el uso del lente de ojo de pez para crear imágenes hemisféricas, así como la música, el vestuario e incluso la forma de hablar de los personajes— nos introduce a un mundo de elementos simbólicos que nos previene de hacer una lectura unidimensional de ese relato perturbador, a ratos horripilante, a ratos gratificante.

El guion es una adaptación de la novela homónima de Alasdair Gray, quien se inspira en el Dr. Frankenstein de Mary Shelley. Aquí el científico es el Dr. Godwin Baxter, en sí mismo una criatura reconstruida a partir de sus propios despojos. Es el producto de los experimentos realizados por su padre, otro científico que hizo ensayos cruentos en su cuerpo para dejar registrados los límites de la resistencia del cuerpo humano. Godwin Baxter es también el heredero de la actitud fría y pragmática de su padre, actitud que le permite ensayar con el cuerpo de animales y humanos sin verse afectado por lo que él considera “sentimentalismos vergonzantes”.

En la primera escena de la película una mujer elegantemente ataviada se lanza de lo alto de un puente a un río caudaloso. Godwin encuentra su cuerpo a orillas del río y advierte su embarazo. Así que, siguiendo su afán investigativo, decide extraerle su cerebro de adulto y ponerle el de su bebé no-nato para crear una nueva vida.

El Doctor contrata a Max McCandles, un estudiante de medicina, para que lleve un registro de la evolución de su nueva criatura. El progreso de Bella es notable: aunque camina con torpeza, mantiene el equilibrio en su recorrido por la casa, día tras día su cabello crece y su lenguaje se enriquece con nuevas palabras. Ella explora constantemente el pequeño mundo que la rodea: golpea las teclas del piano, rompe objetos contra el piso, juega con los artefactos quirúrgicos y los cadáveres en la sala de experimentos, y alimenta a las criaturas monstruosas de God; éste es el modo en que ella llama a su creador.

Una de mis escenas favoritas es cuando Bella descubre un deleite íntimo. Ella intenta compartirlo con la Sra. Prim, la doméstica de la casa.  Bella le agarra los genitales, y ante su protesta, le advierte con actitud didáctica, que espere, que sólo le va tomar unos minutos. A Bella le consta que el uso de la mano amiga tiene beneficios objetivos: ser feliz cuando ella quiere.

Bella y Max pasan mucho tiempo juntos y el Dr. Godwin advierte el enamoramiento entre ambos. Entonces propone que se casen, pero antes deben firmar un contrato en el que la pareja se compromete a vivir en su casa. Allí aparece el abogado Duncan Wedderburn, el ávido seductor que le promete a Bella una gran aventura recorriendo el mundo. Ella se percata de que este hombre puede hacerle “un poco de daño”, pero asume que el riesgo vale la pena. Bella le habla con determinación al Dr. Godwin: “Dame un beso y déjame ir” le dice. “Si no lo haces, el interior de Bella se pudrirá de odio”.

Lo que sigue en la película es la gran aventura de Bella, los incidentes por los que atraviesa y lo que los hombres en su vida experimentan como respuesta al modo en que ella se va desenvolviendo.

En una entrevista del New York Times, la actriz Emma Stone habló de cómo se sintió interpretando a Bella Baxter. Cito:

El modo en el que Bella absorbe el mundo que la rodea es tan único y hermoso que me hace soñar que yo también podría hacerlo. Yo la encuentro muy inspiradora, y vivir eso todos los días durante el proceso de filmación fue el mayor regalo: es la mayor alegría que he tenido al hacer un personaje. Cada persona que existe tiene muchas cosas que la construyeron hasta llegar a ser lo que es en la edad adulta, y fue interesante descubrir que si eliminas todo eso, lo único que queda es alegría y curiosidad. Fin de la cita.

Esas cosas que nos construyen hasta llegar a la edad adulta —la constelación de influencias, modelos y vínculos afectivos; esto es, nuestra novela familiar— son precisamente lo que Bella no tiene. Ella es una bebé desenfrenada carente de los preceptos morales que la sociedad se encarga de inculcarnos para contener nuestros deseos más básicos, y de allí que Bella nos resulte tan fascinante. En ella no hay vergüenza, ni miedo, ni resentimiento. ¡¿Quién no quisiera vivir así?!

En un despliegue de resistencia sexual y capacidad de goce, Bella somete a Duncan, ese hombre experimentado en conquistas, y lo reduce a un ser lastimero que se siente estafado. Según su experiencia de dandi decimonónico, tendría que ser Bella la que sucumbiera ante sus encantos, la que resultara devastadoramente enamorada y eventualmente abandonada. Pero es él quien queda sometido: despojado de su dinero y sustituido por otros hombres.

Bella simboliza a la mujer ansiosa por experimentar el mundo del mismo modo en que lo han hecho los hombres a lo largo de la historia, pero esta libertad de acción le viene dada de un modo artificial. Ella no carga con el peso de una cultura que le haya inculcado sentimientos de culpa por desatar en los hombres su lascivia, o la haya obligado a someterse a los designios masculinos para ganarse su protección. Bella sólo quiere saciar esa curiosidad con la que vienen los bebé, porque así son los bebés. Ellos pueden ser crueles y egoístas. Recordemos que cuando el Dr. Godwin trae a Max a la casa y se lo presenta a Bella, ella lo mira, le da un golpe en la nariz y lo hace sangrar. Pero al igual que los bebés, ella no siente culpa.

En su viaje con Duncan, las acciones de Bella conducen a que ambos queden en la miseria arrojados en una plaza de París. Lo que sigue es la escena en la que Bella se prostituye. Su experiencia con el sexo ha sido de goce, y esto la hace pensar que puede ganar un dinero mientras disfruta; cosa que, por supuesto, no es así. Algunos clientes son malolientes, otros, de conducta bizarra y otros, están necesitados de afecto. Bella soporta todo aquello sin mayor disgusto y con sentido pragmático, incluyendo las arremetidas sádicas de la Madama del prostíbulo, quien se deleita mordiéndole las orejas y el cuerpo mientras le da lecciones de vida.

Bella termina dándole a Duncan el dinero que Godwin le había cosido en uno de sus vestidos para que él regrese a Inglaterra. Duncan se retira, pero más tarde regresa a ofrecerle matrimonio y, como ella lo rechaza, él le reclama como lo hacen las mujeres en las novelas románticas, sólo que aquí es Duncan quien se comporta como ese estereotipo de dama desvalida. Él se ha enamorado enfermizamente de una mujer que ostenta la libertad que él ha perdido, y no tiene idea de cómo lidiar con aquello.

Entretanto, algo va aprendiendo Bella de la vida. Ella regresa a Londres para cumplir con lo que le había prometido a Max antes de irse: casarse y ser felices como “dos tortolitos en una rama”.

Lo que sigue en la película me resulta un tanto artificioso. Cuando Bella y Max están por casarse, Duncan se aparece con el marido de la mujer en cuyo cuerpo ahora está Bella. Este personaje, el General Alfred Blessington, es otro de los prototipos de hombre que no podía faltar en esta historia gótica de reivindicaciones femeninas. Se trata del macho posesivo y desalmado. Bella accede a irse con él porque quiere saber sobre su vida anterior. En el comedor se entera de lo cruel que ella misma había sido y luego escucha cómo el exmarido planea someterla a una ablación genital; quiere extirparle el clítoris por considerarlo la causa de la desdicha de la pareja. Bella, desde luego, quiere conservar aquello que le da felicidad cuando lo desea. El general saca un arma y, en el forcejeo, se pega un tiro en el pie. La historia concluye con un evento burlesco. Bella ha tenido una idea: la de trasplantarle a su exmarido el cerebro de un chivo.

Es así como, en la película, todos los hombres quedan sometidos de una u otra forma. Duncan, el otrora macho seductor, queda convertido en un ser débil y envidioso. Godwin, el padre de las criaturas, fallece finalmente. Max, el joven que desde el inicio se muestra dulcemente sometido, queda como consorte protector, mientras que Bella, nuestra heroína, queda haciendo todo lo que quiere en la vida.

El asunto es que Bella sólo puede ser esta heroína porque se comporta como un hombre, toma decisiones prácticas para llevar a cabo objetivos específicos, sus preguntas son directas, su tolerancia con las indecisiones y los lloriqueos es limitada. Pero Bella es un monstruo, una “pobre criatura”, porque ha sido despojada de los atributos femeninos: la ternura, la disponibilidad para el cuido, el apego a las personas más que a las cosas, y la capacidad para tolerar la incertidumbre de la vida.

Pienso que esta película, centrada en las aventuras de una mujer joven y bella que hace lo que le da la gana, sólo podía producirse en esta época de feminismo avasallante. (No ha de extrañarnos que “Barbie”, otra película ultra-feminista, haya salido este mismo año).

En occidente se viene librando una guerra entre los sexos, y la va ganando la mujer. Ella comenzó con el reclamo de sus reivindicaciones civiles; luego, con su inclusión en las fuerzas de trabajo y, más adelante, con su libertad sexual. Pero la cosa no paró allí. Hoy en día el hombre se ha hecho partícipe de los reclamos de la mujer al punto de colocarse en posición de minusvalía frente a ella (como ocurre en esta película).

Aun así, las mujeres occidentales no somos más felices. Seguimos culpando a los hombres de nuestras desdichas, cuando en verdad hemos logrado nuestros objetivos: tener espacios igualitarios en la sociedad, en el arte, en la ciencia, en todo lo que históricamente han producido los hombres. Entonces, quizás el costo por todas estas conquistas es lo que nos mantiene confundidas. Hemos accedido al mundo unidireccional, productivo y competitivo de los hombres, pero hemos perdido el mundo de las mujeres, el de las tareas múltiples, el de las reuniones con la familia extendida, el de las conversaciones caóticas, superpuestas, llenas de ambigüedades, pero tan necesarias para la distensión, para la resolución de los pequeños conflictos afectivos.

Para mí la película “Poor Things” es una obra maestra porque nos permite ver este drama de la mujer contemporánea, quizás de una forma solapada, con un humor negro, pero penetrante y efectiva.

Lizette Nava.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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