Rómulo Lander

La saga de Lucy

 

Ver pantalla completa

 

OBSERVACIONES IRREVERENTES SOBRE EL ORIGEN DEL HOMBRE

Primera edición 2013
Caracas, Venezuela
Editorial Psicoanalitica
Ilustración de portada: Imagen reconstruida de LUCY [2011]
Depósito legal: lf25220138003414
ISBN: 978-980-12-6891-8
Impreso por Yuruani Guerere
Caracas, 2013

Instrucciones necesarias

Este libro viene acompañado de un CD el cuál contiene el texto integro del libro en PDF. Este texto incluye a pie de página los importantes enlaces a internet [links]. Estos enlaces llevan a las referencias de Youtube con los videos ilustrativos necesarios para lograr la importante vivencia del encuentro con el paleolítico. Viajaremos, usando el video, al mundo del pleitoceno, del plioceno y a los recuerdos biográficos de muchos aventureros, descubridores y paleoantropólogos del siglo 19 y del siglo 20.

Para hacer uso de estos enlaces se pueden utilizar tres métodos:

  • Copiar manualmente todas las letras y números del enlace, en el buscador de internet [google] de su computadora y activarlo.
  • El segundo método es el más fácil y el más seguro: tomar el disco [CD] y ponerlo en el dispositivo de lectura de disco de su computadora. Abrir el libro en la pantalla y guardar todo el contenido [el libro] en el ‘disco duro’ de su computadora. Luego la computadora debe estar conectada a internet para que al leer cada página y al pinchar los enlaces que están al pie de cada página estos los lleven directamente a la fuente en Youtube y al video en particular.
  • Si desean leerlo en una tableta [que no tiene lector de disco] sencillamente envíen el libro, después de abrirlo en su computadora, en un anexo de correo e-mail [attachment] a su propia dirección. Este anexo incluye el libro en PDF. Al recibir el correo en la tableta, lo guardan en la memoria de la tableta y lo utilizan para leer y pinchar los enlaces.

Recomiendo leer primero cada capítulo sin interrupción. Luego volver atrás y al releer comenzar a ver los enlaces [links] que aparecen al pie de cada página y que los llevan a los distintos videos.

INDICE DE CONTENIDO

Capítulo 1
Una introducción intimista Página 9

Capítulo 2
La Proa del Roraima Página 13

Capítulo 3
Aborígenes y los antiquísimos ancestros Página 21

Capítulo 4
La cueva de Altamira Página 31

Capítulo 5
El Cromañón y las cuevas de Lascaux Página 37

Capítulo 6
Los Australopithecus y la historia de Lucy Página 45

Capítulo 7
La prima Lucy y el joven Johanson Página 61

Capítulo 8
El niño de Turkana y el Homo Erectus Página 65

Capitulo 9
El Chimpancé y el hombre Página 69

Capítulo 10
Las huellas de Laetoli Página 73

Capítulo 11
Origen del género Homo Página 77

Capítulo 12
El hombre de Neanderthal Página 83

Capítulo 13
Revivir un Neanderthal Página 91

Capítulo 14
El Hombre de Cromañón Página 93

Capítulo 15
Fósiles de Lucy, de Ardi y de Garhi Página 97

Capitulo 16
Los Paranthropus Página 101

Capitulo 17
Paranthropus Robustus Página 105

Capítulo 18
El yacimiento de Atapuerca Página 107

Capítulo 19
El yacimiento de Dmanisi Página 109

Capítulo 20
El niño Toumai Página 111

Capítulo 21
Un poco después de Toumai: Orrorin Página 113

Capítulo 22
Un poco antes de Toumai: los Chimpancés Página 115

Capítulo 23
Erupción del volcán TOBA Página 117

Capítulo 24
Los Bosquimanos: antiquísimos ancestros vivos Página 121

Capítulo 25
La cultura SAN Página 127

Capítulo 26
El genoma y los Bosquimanos Página 131

Capítulo 27
El dialecto Khoisán Página 135

Capítulo 28
El Paranthropus Etiopicus Página 137

Capítulo 29
El Hombre de Java Página 139

Capítulo 30
El Hombre de Pekín Página 141

Capítulo 31
El hombre de Dali [China] Página 145

Capítulo 32
Otra vez el Homo Erectus de Pekín Página 147

Capítulo 33
Pie pequeño Página 149

Capítulo 34
El Sahelanthropus tchadensis [Toumai] Página 151

Capitulo 35
El Gran Valle del Rift africano Página 155

Capítulo 36
Una historia de la evolución: en ficción Página 157

Capítulo 37
Orden de los primeros homínidos Página 169

Capitulo 38
Entonces llegó el Neolítico Página 171

Capítulo 39
La vida de un paleoantropólogo Página 175

Capítulo 40
Origen del hombre americano Página 177

Capitulo 41
Fósiles en Venezuela Página 199

Capítulo 42

Bibliografía Página 203

Capítulo 1
Una introducción intimista

¿Será todo esto un atrevimiento? ¿Será una imprudencia? ¿O hasta una impudicia? ¿Por qué me interesa tanto estudiar el origen del hombre en el pleitoceno, el plioceno y especialmente dedicarme tanto tiempo al período paleolítico? ¿Por qué pasar tantos años estudiando en solitario y a veces en secreto, este tema? ¿Por qué se me ocurre ahora publicar todas estas notas que he escrito a lo largo de los años?

Primero, la idea de organizar este material que he escrito para publicarlo, se inició con la intención de responder de forma ilustrada, las preguntas que sobre este asunto me hacían mis nietos. Pero esto no responde la esencia de mis preguntas iniciales. Esas preguntas, hechas a mí mismo, requieren una respuesta. Creo que les tengo una, que me satisface.

Ante la pregunta de por qué hago esto, eso de pasar tantos años estudiando en secreto, el origen del hombre, respondo de la siguiente manera. Hago esto por qué ciertamente: me da paz interior y sobre todo mucho bienestar. No soy arqueólogo, ni paleontólogo, ni soy un paleoantropólogo, soy un psicoanalista. Confieso que he sido siempre un curioso del origen de las cosas misteriosas e invisibles de este mundo. En una época, cuando era muy joven, fui aficionado a estudiar el misterio de la eternidad. Admito que llegué a ciertas conclusiones mundanas. Además he sido un apasionado excursionista toda mi vida. He subido montañas desde muy niño, sin parar, hasta el día de hoy. Desde siempre he pensado que subir cerros y ser sensible al amor de las mujeres, es lo que le da sentido, a mi inmenso, inevitable e irreparable, sentimiento de soledad interior. He realizado muchísimas expediciones dentro y fuera de Venezuela. He participado en expediciones a las selvas del Alto Orinoco tres veces. Admito con cierta nostalgia, que nunca he llegado a hacer presencia y disfrutar de la cima del Cerro de la Neblina.[1] Me refiero a ese místico Cerro que da nacimiento al Rio Orinoco. Este Cerro de la Neblina está situado al sur del Estado Amazonas y actualmente está declarado Parque Nacional. El cerro limita con la frontera brasileña, cuya cumbre más alta en el lado venezolano es el ‘Pico Phelps’ con 2.973 metros de altura. El macizo montañoso se extiende hacia el territorio brasileño y culmina a 3040 metros de altura con el pico de La Neblina. Este pico está a 700 metros dentro del territorio de Brasil. Allí, en el lado brasileño existe también un Parque Nacional para ayudar a preservar este ecosistema. Este macizo montañoso está continuamente cubierto de nubes originando su nombre de La Neblina. Este macizo está situado en pleno Amazonas y este Pico en particular, es el más alto de toda la Amazonia de América del Sur, que claro está, no incluye a la Cordillera de los Andes.

Hace muchísimos años conocí en esa zona de Platanal[2] y Mavaca, allá en las cabeceras del Alto Orinoco, al hoy legendario y ya difunto, el admirado misionero salesiano Padre Coco. Esa era la época antigua. La época de las transmisiones por radio de onda corta. El padre Coco salía al aire en su famosa ‘rueda de los miércoles’ a las ocho de la noche de cada semana. Allí de joven, me enteraba de los acontecimientos y de las novedades ocurridas cada semana en lo profundo de la selva amazónica.[3]

Muchos años después a lo largo de toda mi vida, cada vez que necesitaba encontrar paz de espíritu, la encontraba en las profundidades de las selvas amazónicas. Luego en las selvas y sabanas que se encuentran en el Escudo de Guayana, hacia el lado de la ‘Sierra de Imataca’ en el Estado Bolívar, también en la Gran Sabana y en el amplio ‘territorio de Tepuyes’ que incluye al más alto de todos, al majestuoso Roraima.

He participado en muchas expediciones pequeñas y medianas. Hubo una grande, la cual recuerdo como algo de juventud. Podría considerarse que esa fue toda una expedición, ya que duró varios meses, y se contaba con una importante representación internacional. Además contamos con apoyo de las fuerzas aéreas venezolanas [FAV] quienes se habían comprometido varios meses antes a lanzar en el medio de la selva suministros en paracaídas a mitad de expedición. Eso ocurrió cuando ya no quedaban disponibles en nuestras curiaras: ni alimentos, ni gasolina. En esa selva tropical lluviosa con árboles de 30 metros de altura, las comunicaciones por onda corta, no era nada fácil. Hay que dar reconocimiento y testimonio de gratitud por la acertada asistencia de las FAV que con su lanzamiento en paracaídas nos permitió seguir adelante y cumplir los objetivos de la expedición.[4]

Hago aquí público reconocimiento a mi gran amigo de aquellos años, al reconocido y hoy famoso naturalista y explorador mundial Charles Brewer Carias [5] quien además de otros méritos merecidos, fuera el primer explorador de la sima de Sari-Sariñama.[6] Luego descubridor de los bioespelotemas y quien fuera el conductor de nuestra inolvidable expedición a los orígenes del Rio Paragua por allá en el año de 1960.

En esa expedición después de remontar el Rio y pasar la región del Alto Paragua, continuamos a pie por la selva, para finalmente llegar al nacimiento de aquel majestuoso Rio, convertido ya en un simple riachuelo. Este riachuelo al crecer se convierte en un afluente importantísimo en la margen derecha del Rio Orinoco. Esto es así, aún cuando el Rio Paragua, desemboca en el Rio Caroní, muy cerca del Orinoco. Luego continuamos nuestro acelerado ascenso a pie, por esa tupida selva, guiados por dos aborígenes Shirishana, para así coronar la cumbre de la Sierra de Imataca. Al llegar a la cima de la montaña hicimos el trabajo de despejar el ‘marcador terrestre internacional de fronteras’ para hacerlo así visible desde el aire. Esto es algo necesario para que la cartografía ubicara con fotos aéreas, los limites ciertos, entre Venezuela y Brasil. En esa expedición, entre otros objetivos, se lograron descubrir nuevas especies para la ciencia en zoología y botánica.[7]

0Shares